jueves, 22 de noviembre de 2012

Para Benedicto XVI, convivir antes del matrimonio es un "pecado grave"


Dios creó al hombre sexuado, fue Él quien dispuso que el ser humano se distinguiera en varón y mujer, pero fue Él quien también dispuso que el sexo sea bueno y santo SÓLO EN EL MATRIMONIO, porque sólo por el sacramento del matrimonio su uso es acorde a sus designios (comunicación del amor de los esposos y apertura a la vida). CUALQUIER OTRO USO DEL SEXO FUERA DEL MATRIMONIO, OFENDE GRAVEMENTE A SU SANTIDAD DIVINA.

Ofrecemos la siguiente catequesis del Santo Padre, que confirma lo que decimos: la convivencia pre-matrimonial es siempre un pecado mortal.


El Papa definió a la pareja como una institución natural basada en la complementariedad de los sexos y orientadas a la procreación. Volvió a condenar el casamiento entre personas del mismo sexo

Benedicto XVI dijo que "las diferencias sexuales no deben ser tomadas como irrelevantes para la definición del matrimonio", en su discurso a los obispos de la VIII región de los Estados Unidos a los que recibió en audiencia en el Vaticano.
El Papa abordó la crisis contemporánea del matrimonio y la familia, y, en general, de la visión cristiana de la sexualidad humana.
"De hecho -dijo-, es cada vez más evidente que una apreciación debilitada de la indisolubilidad de la alianza matrimonial y el rechazo generalizado de una ética responsable y madura sexual basada en la práctica de la castidad, han dado lugar a graves problemas sociales que llevan un inmenso costo humano y económico".
El Sumo Pontífice hizo referencia a "las poderosas corrientes políticas y culturales que buscan modificar la definición legal del matrimonio", a las que la Iglesia resiste con una defensa "razonada del matrimonio como institución natural, que consiste en una determinada comunión de personas, esencialmente basada en la complementariedad de los sexos y orientadas a la procreación".
Por ello, aseguró, "las diferencias sexuales no pueden ser tomadas como irrelevantes para la definición de matrimonio".
"La defensa de la institución del matrimonio como una realidad social es en última instancia -continuó- una cuestión de justicia, ya que implica salvaguardar el bien de toda la comunidad humana y los derechos de los padres y niños por igual".
El Obispo de Roma criticó la práctica generalizada de la convivencia, "a menudo por parejas que parecen no darse cuenta de que es un pecado grave, por no hablar de perjudicial para la estabilidad de la sociedad".
Y agradeció a parroquias, escuelas y agencias de caridad en su quehacer en apoyo de familias, de las personas "en situaciones difíciles maritales, especialmente divorciados y separados, madres solteras, madres adolescentes y mujeres que consideran el aborto, así como los niños que sufren la trágicos efectos de la ruptura familiar".
En este gran esfuerzo pastoral hay una necesidad urgente de toda la comunidad cristiana para recuperar el aprecio de la virtud de la castidad "que presenta la comprensión cristiana de la sexualidad como una fuente de la verdadera libertad, la felicidad y el cumplimiento de nuestra vocación humana fundamental e innata de amar", aseveró.
El Papa animó a la Iglesia en los Estados Unidos a perseverar en su misión histórica de educar a los jóvenes y así contribuir a la consolidación de la vida familiar, en un país -afirmó- "castigado por los acontecimientos de la última década", en referencia a los escándalos de abusos del clero contra menores.

(http://america.infobae.com/notas/46020-Para-Benedicto-XVI-convivir-antes-del-matrimonio-es-un-pecado-grave)

miércoles, 14 de noviembre de 2012

El Padre Fortea habla sobre el poder destructor de la pornografía



En las apariciones en Fátima, la Virgen les hizo ver y experimentar el infierno a tres niños, y les dijo que la gran mayoría caen en ese lago de fuego a causa de los pecados de impureza. En nuestros días, la niñez y la juventud están siendo particularmente atacadas, debido a la difusión sin control de la pornografía por Internet. Ofrecemos estas reflexiones del Padre Fortea, reconocido demonólogo y exorcista, acerca de la pornografía, con la esperanza de que el que los lea -principalmente niños y jóvenes-, asocie la pornografía, o pecado de lujuria, con el infierno, ya que si alguien muere en ese estado, no tiene posibilidad de salvación.

Los que se dedican al negocio de la pornografía llevan demasiado tiempo disfrutando de su negocio en paz. Se han acostumbrado a que nadie clame abiertamente en los medios de comunicación advirtiendo a la sociedad acerca del mal que están haciendo.
El Estado interviene para prohibir, o al menos poner trabas, a todo aquello que hace daño a la comunidad humana. El Estado lleva haciendo esta función desde el comienzo de su existencia. Todo el mundo entiende que las leyes prohíban que alguien venda droga, o que alguien contamine los ríos, o que alguien denigre el honor de otras personas.
El Estado debería prohibir la pornografía, pero sabemos muy bien que no lo va a hacer. Así que los ciudadanos sólo contamos con nuestras fuerzas para advertir a los demás del perjuicio que esta realidad supone. Contamos con nuestras fuerzas individuales y unidas, y sobre todo con la ayuda de Dios.
Se supone que no podemos luchar contra lo imposible de evitar, ésa ha sido la razón de la inactividad de los cristianos contra esta lacra. Hace unas décadas, cuando comenzó, se hubiera podido detener completamente, ahora sólo podemos advertir.




Puntos de meditación
Como hoy día la gente que navega por Internet no tiene tiempo para largos razonamientos vamos a exponer una serie de puntos para la meditación:
La pornografía es contraria a la dignidad humana
-es mala para los seres humanos que aparecen en ella.
-es mala para el que la ve
-es mala para el empresario que gana su dinero de esa forma
-es mala para la sociedad
La pornografía va camino de convertirse en una plaga.
No hay un final del túnel, no tocaremos fondo.
La pornografía destruye la relación con Dios,
destruye la familia
los sagrados vínculos de la familia son destruidos por la seducción de esas imágenes
Es causa de terribles aberraciones porque el pobre ser humano atrapado en sus garras siempre necesita más cantidad, nuevas experiencias, cada vez más pervertidas.
La pornografía esclaviza
esclaviza a unos seres humanos sobre otros
esclaviza a las sociedades
En la pornografía ya no vemos a un ser humano, vemos un trozo de carne.
Ya no somos hijos de Dios, sino animales.
El sexo dentro del matrimonio es una cosa totalmente distinta.
La pornografía hace de nosotros animales
La castidad hace de nosotros ángeles
Abrazar la castidad es como la decisión de dejar de fumar, o se decide dejarlo del todo o no.
Pero si no se deja siempre se necesita más
Hay una espiral descendente, cada vez más, cada vez más pervertida
Es necesario advertir a la sociedad porque la cosa va a empeorar
Mucha gente es débil pero en el fondo de sus corazones saben que esto es verdad
Lo malo es que mucha gente ya ni siquiera ve la verdad
Algunos burlonamente nos pueden preguntar:
¿Lo que nos está diciendo es que usted tiene la verdad y que nosotros estamos equivocados?
Hay que responderles:
Sí, exactamente, exactamente eso.
Para mí, como sacerdote, lo terrible, lo que nunca hubiera imaginado ha sido el encontrar a padres de familia con hijos que abandonaron su familia porque la pornografía les llevó a experimentar más y más cosas, cayendo finalmente en la homosexualidad
La pornografía está contaminando a muchos cristianos
Muchos cristianos no se animan a hablar contra la pornografía en los medios de comunicación porque consideran que es algo que tiene que ver con la libertad humana. Cuando la pornografía lo que hace es quitar esa libertad. La sociedad menos libre acabará siendo la más pervertida. A nadie le queremos quitar la libertad, pero el Estado es el que decide qué se puede vender y qué no se puede vender. Del mismo modo que no se permite atentar contra el honor de alguien, hay que entender que la pornografía atenta contra la dignidad del ser humano que aparece en esas fotos o películas. Nadie debería aceptar dinero por hacer ese trabajo, no es un trabajo.
Algunas enfermedades venéreas son de apariencia tan horrible para mostrar lo mucho que nos debemos alejar de ese pecado.
Mucha gente piensa: hoy día todo se cura. Están muy equivocados: la gonorrea, el herpes, el molusco contagioso y por supuesto el sida no se curan. La misma sífilis en determinados grados es actualmente incurable y terrible en su acción sobre los órganos y el cerebro.
Hay que advertir a nuestros conciudadanos de la otra cara de la historia.
Ni siquiera saben que existe otra cara de la historia
Salvad a la gente del infierno.
Salvad sus almas
El pecado lleva al infierno.
Dios os puede sacar de esto.
Dios os puede restaurar.




El futuro
Hay quienes no quieren pedir al Estado que intervenga contra la pornografía porque piensan que el Estado no debe intervenir en nada. Pero eso no es cierto. El Estado interviene en infinidad de facetas. Y esta supuesta no-intervención no impedirá que el Estado finalmente intervenga contra nosotros los cristianos.
Una sociedad pervertida no nos dejará seguir predicando normalmente. Nos pondrá todas las trabas y finalmente lo impedirá. Es sólo una cuestión de tiempo.
Pienso que en el las próximas décadas van a ocurrir muchos más desastres naturales (terremotos, inundaciones, huracanes, tsunamis, etc) porque la destrucción de la Ley de Dios en una sociedad provoca que se aleje de nosotros la bendición de Dios.
El pecado será la causa profunda de esos desastres, no el calentamiento global.
Pero la gente ya no volverá sus ojos a Dios, como hizo en otras épocas, pensando que es el calentamiento global lo que provoca esos males.
En este camino hacia abajo pronto será legalizada la prostitución. Y si siguen así la droga será legalizada. Finalmente hasta el sexo con niños será legal si ellos consienten. ¿Qué vendrá después? Todo tipo de horrores

martes, 13 de noviembre de 2012

Las relaciones pre-matrimoniales no están fundamentadas en el Amor verdadero, y por eso solo causan distanciamiento y fastidio mutuo



Las relaciones pre-matrimoniales, puesto que no están basadas en el verdadero amor, solo producen distanciamiento y fastidio mutuo.

Relaciones pre-matrimoniales
            Si dos personas se aman mucho, ¿qué hay de malo que tengan relaciones, aunque no estén casados?
            Para responder a esta pregunta, tenemos que ver qué es lo que entendemos por “amor”. En el mundo de hoy se usa mucho esta palabra, pero de tanto usarla, ha quedado “hueca”, porque se le ha quitado su verdadero significado. Podemos decir que el “amor” es lo que más nos asemeja a Dios Trino, pues lo más íntimo de Dios Trino es el amor. El amor consiste en la entrega libre del corazón, que una persona hace a otra. Al decir “corazón”, nos referimos a la totalidad de la persona, en su cuerpo y en su alma. Una forma de amor muy fuerte, tal vez la más fuerte de todas, es la que se da entre el varón y la mujer; es tan fuerte, que los lleva a querer unirse más allá de la muerte física, es decir, para siempre. Por eso se dice: “El amor es más fuerte que la muerte”.
En este amor, que se llama “esponsal”, los esposos se entregan el uno a otro, con todo lo que son y lo que tienen, en cuerpo y alma, para siempre, es decir, sin condicionamientos de ninguna clase, sin límites ni restricciones de ningún tipo. Y aquí es donde entendemos por qué no se deben tener relaciones pre-matrimoniales: porque fuera del amor esponsal, que lleva a la entrega total de uno por el otro, no hay verdadero amor. Fuera del matrimonio, puede haber atracción física, pero no amor espiritual, verdadero, de tipo esponsal, en donde las personas se donan sin reservas. Fuera del amor esponsal, hay egoísmo, y la razón es que no hay entrega y don total del uno al otro. No hay verdadero amor esponsal fuera del matrimonio.
Las relaciones pre-matrimoniales son un modo de demostrar el amor, ¿porqué no tenerlas?
            No son un modo válido de demostrar el amor. Por el contrario, las relaciones pre-matrimoniales son una muestra de ausencia de verdadero amor, puesto que el verdadero amor respeta el cuerpo del otro, en la espera de la donación total en el momento del matrimonio. Amar es desear el bien al ser amado, y el mayor bien, para los novios, es mantener su cuerpo intacto y virgen, para ser ofrecido al futuro cónyuge en el momento del matrimonio como don recíproco. Lo contrario es como cortar una rosa antes de tiempo, y dejarla secar al sol. Bajo los rayos del sol –las pasiones en las relaciones pre-matrimoniales-, la rosa –la sexualidad propia de cada novio-, aún cuando sea grande y fragante, termina secándose y perdiendo su color y su aroma.
Con frecuencia se confunden el amor verdadero, de tipo esponsal, que lleva a la donación total de sí mismo, cuerpo y alma, al cónyuge, con la sexualidad, o más bien, con la genitalidad, en donde la atracción es sólo de orden físico y pasional, y en donde está ausente el verdadero amor, que es de orden espiritual. La unión sexual -en el ámbito matrimonial- es una expresión, corporal y sensual, del amor esponsal; se deriva de este y en este encuentra su fundamento y su razón de ser. Fuera del amor esponsal, la sexualidad, separada del amor verdadero, conyugal, es sólo genitalidad acompañada de pasión pasajera y, en el fondo, egoísta. Sin el amor esponsal como fundamento, la sexualidad se rebaja a mero instrumento de placer, de placer efímero que en sí mismo es superficial, y que se obtiene en detrimento de la felicidad.
            ¿Por qué el placer sexual es malo en las relaciones pre-matrimoniales y es bueno en el matrimonio?
            Porque lo que hace bueno y agradable el uso de la sexualidad entre el varón y la mujer, es el matrimonio, porque sólo aquí se da la entrega mutua de dos seres que se aman. En la relación sexual de los esposos no hay solamente genitalidad: hay un don del uno al otro con todo lo que se es y se tiene, sin reservarse nada egoístamente, porque se entrega hasta la capacidad de dar vida, mientras se demuestra el amor. En la relación pre-matrimonial hay siempre un trasfondo de egoísmo, porque cada uno se reserva el don de concebir, al evitar el embarazo.
            Pero los que tienen relaciones y no están casados, tienen relaciones porque se aman…
Aunque sean parecidas, las relaciones sexuales fuera de la entrega total del uno al otro, no buscan ni la unión en el amor de los cónyuges, ni tampoco están abiertas a la vida, con lo cual pierden todo su sentido y se vuelven vacías. La sexualidad no ha sido creada para el placer fuera del matrimonio; ha sido creada para comunicar el amor de los esposos y para engendrar hijos en el matrimonio. Si se la saca del contexto del matrimonio, la relación sexual pre-matrimonial se reduce a un mero intercambio afectivo y pasional, que no tiene en cuenta la dignidad de las personas, las cuales, no son solo genitalidad, afectos y pasiones.







¿Y entonces cómo tienen que demostrarse el afecto los novios?
Esto se traduce, para los novios, en la práctica de la castidad, que en su estado de vida significa abstinencia sexual. Sólo en el matrimonio las relaciones sexuales son castas. La persona nunca es cuerpo y materia exclusivamente; por definición, es espíritu y cuerpo, y la relación sexual no puede dejar de lado esta verdad. La relación sexual, para ser legítima, esto es, estar fundada en el verdadero amor, o es entrega total de la persona a la otra, en su cuerpo y en su alma –lo cual sólo acontece en el matrimonio-, o es ilegítima, al darse en un contexto ajeno al matrimonio. En el matrimonio es fuente de alegría y felicidad; en cualquier otro caso, fuera del matrimonio, es fuente de dolor y de tristeza, la mayoría de las veces, irreparables.

 Preguntas para trabajo personal y/o grupal
¿Por qué no se deben tener relaciones pre-matrimoniales?
Si las relaciones sexuales
son buenas en el matrimonio,
¿por qué no lo son antes del mismo?
¿Cómo tienen que demostrarse el afecto los novios?

sábado, 27 de octubre de 2012

¡Para toda la vida! El matrimonio, para que el amor dure para siempre


La familia constituida por papá-varón, mamá-mujer, e hijos, no es algo artificial, ni depende de la religión o de la cultura, ya que sus características son ancestrales.

-Matrimonio
            ¿Para qué casarse? Muchos se casan y se separan o divorcian al poco tiempo.
            No da lo mismo casarse que no casarse. Además, el hecho de que muchos se casen y al poco tiempo decidan separarse y/o divorciarse, no dice nada en contra del matrimonio. Casarse quiere decir planear juntos un proyecto de vida y amor y estar dispuestos a llevarlo a cabo hasta el fin, lo cual necesita un amor fuerte, de esposos, sellado con el matrimonio. El matrimonio es como la “garantía” de que los esposos se aman tanto, que no dejarán solo al otro en ese proyecto común. La separación no es nunca un bien en sí mismo sino un mal menor, que en muy contados casos se puede tolerar; el divorcio, por el contrario, no es nunca aceptable. En todo caso, la separación puede y debe evitarse, y para ello, los esposos deben recurrir, a tiempo, a especialistas (terapeutas especializados en matrimonios, psicólogos, sacerdotes, etc.) que puedan ayudarlos a superar las desavenencias.

            La única diferencia entre las relaciones pre-matrimoniales y las del matrimonio, es que unos no están casados, y otros sí. Da lo mismo estar o no estar casados para tener relaciones, porque lo único que los diferencia es una ceremonia religiosa y un papel firmado por ambos.
            El placer erótico y sexual se justifica sólo cuando dos personas se aman tanto que deciden convertirse en esposos. Sólo entre esposos unidos en matrimonio, la relación sexual comunica el amor que cada uno siente por el otro, además de abrirse a la vida, a la aparición de un hijo, que va a ser el fruto de ese amor. Por todo esto, el matrimonio, que “hace posible” las relaciones sexuales entre el varón y la mujer, es algo profundo que va más allá de la ceremonia religiosa y que de ninguna manera se limita a un papel firmado por los cónyuges: implica un compromiso vital, basado en un amor profundo y verdadero, todo lo cual se encuentra ausente en las relaciones pre-matrimoniales.

            Hay muchos que viven juntos y se llevan bien, sin casarse por la Iglesia. El matrimonio no hace falta, ya que en el fondo no es más que una costumbre que viene de épocas pasadas, pero que ha perdido validez para el mundo de hoy.
En el mundo moderno de hoy, en muchos ámbitos se considera difícil o incluso imposible vincularse a una persona por toda la vida, e incluso se va todavía más allá, al burlarse abiertamente de los esposos que se comprometen a la mutua fidelidad como garantía de la indisolubilidad del matrimonio.
Pero el matrimonio con sus características ancestrales –indisolubilidad y fidelidad-, al tiempo que se corresponde a las exigencias de felicidad de los cónyuges –lo cual no se da en las llamadas “uniones libres”-, no puede nunca “pasar de moda” ni quedar “perimido”, puesto que se estas características se encuentran enraizadas en la misma naturaleza del varón y de la mujer, que exige la donación personal y total de los cónyuges para el alcanzar la felicidad propia y la de los hijos.

-Familia
            ¿Es verdad que la familia humana tal como la hemos conocido hasta hace poco, es decir, la formada por el padre, la madre y los hijos, es sólo una “construcción cultural” y que como tal puede y debe ser reemplazada por las modernas “familias”, compuestas por las más diversas combinaciones?
Un niño en gestación, que “viene en camino”, tiene muchos “derechos humanos”; el primero de todos, es el derecho a vivir, derecho básico puesto que sin este, como es obvio deducir, no existe ningún otro. Pero también tiene otros derechos, y entre ellos, figura el derecho a ser concebido como fruto del amor esponsal entre el varón y la mujer, y derecho a ser educado bajo la guía y el modelo de un padre y de una madre. Cualquier otra opción alternativa a este modelo, significa desconocer el derecho del niño y exponerlo a su vez a interrogantes que le surgirán con el tiempo, frente a los cuales no tendrá respuestas, generándole crisis de angustia existencial.

-Hijos
            En la televisión y en los medios de comunicación se ven, cada vez con más frecuencia, que muchos matrimonios, que no pueden tener hijos, recurren a las técnicas de laboratorio, como la Fecundación in vitro, o también recurren al alquiler de úteros. Si quieren tener un hijo de esa manera, ¿por qué prohibírselo?
            Todo ser humano tiene derecho a nacer en el seno de una familia, como producto del amor de sus padres, manifestado en el acto conyugal. Se vulnera este derecho cuando el hijo por nacer es concebido “accidentalmente” porque lo que se buscaba en esa relación que lo engendró era el placer y no una nueva vida humana. La dignidad intrínseca de toda persona humana exige el ser concebido en el seno de una familia.
Cualquier otra opción vulnera este derecho humano, por otra parte, básico y elemental, del niño por nacer. Otro elemento, no menos importante, que lleva a rechazar técnicas artificiales de fecundación (Fecundación in vitro, por ejemplo), es que en la realización de dichas técnicas, para lograr uno, dos o tres embriones viables, deben “descartarse” varios considerados “inviables”.

¿Qué sucede con los embriones que no se descartan?
A aquellos a los que no se los descarta, están destinados, en el mejor de los casos, a ser congelados, siempre por un tiempo limitado, puesto que luego de un período deben ser desechados. Oros embriones se destinan a la experimentación científica al ser considerados “tejidos biológicos” y no seres humanos en gestación. Todo esto hace inaceptable el recurso a estas técnicas artificiales de concepción, puesto que el fin -el hijo- no justifica nunca los medios -eliminar, descartar, desechar, congelar a los embriones que no fueron seleccionados-.



lunes, 1 de octubre de 2012

¿Pienso casarme? Me pongo de novio



El noviazgo es la etapa del mutuo conocimiento y del mutuo respeto, necesarios para pasar a la siguiente etapa, el matrimonio. Sólo si es vivido en la castidad, la continencia y el pudor, permite la construcción de un proyecto de vida y amor en común.

El noviazgo, tiempo para conocer al ser que amo

            Muchos jóvenes, de entre 12 a 17 años, están de novios. Algunos, comenzaron con el noviazgo desde muy chicos, a los 10 u 11 años. ¿Qué hago? ¿Me puedo poner de novio?
            Para saber qué hay que hacer, tenemos primero que saber qué es el noviazgo. El noviazgo es una etapa de la vida en la que dos personas de distinto sexo, varón y mujer, se enamoran y se sienten atraídos el uno por el otro de un modo muy especial y muy fuerte. Esta atracción, fruto del amor, es tan fuerte, que ambos se preguntan si será posible vivir juntos y para siempre.
            Es decir, el noviazgo es el tiempo en el que el varón y la mujer se conocen el uno al otro, ante todo desde el punto de vista espiritual y afectivo, para saber si compartirán juntos el resto de sus vidas. Ambos se quieren tanto, que planifican juntos el matrimonio y los hijos. Ponerse de novios quiere decir entonces conocer a la otra persona, teniendo en mente el matrimonio y los hijos.
            De esto vemos que pueden ponerse de novios solo aquellos que estén en condiciones de madurez afectiva, emocional, psicológica y espiritual, para formar un matrimonio y luego una familia.
            Nada de eso ocurre para el ser humano antes de los 18 años. Teniendo en cuenta lo que dijimos, hacemos esta pregunta: los niños y jóvenes de entre 10 y 17 años, ¿están capacitados para afrontar el desafío que significa unirse en matrimonio y luego formar una familia con hijos?  


            Muchos dicen que ponerse de novios ya no hace falta; ahora, lo que importa, es que dos personas gusten el uno del otro; si quieren, se van a vivir juntos por un tiempo, y cuando la relación no da para más, se separan y listo.
            Si dos personas se quieren y, más que quererse, se aman tanto que planean vivir juntos, no pueden dejar de pasar por la enriquecedora etapa del noviazgo. “Saltearse” la época de ser novios quiere decir dejar de lado algo que, en el futuro matrimonio, tendrá mucha importancia, porque el matrimonio puede decirse que es como un noviazgo perfecto, tan perfecto, que convierte a los novios en esposos. Tomar la decisión de iniciar una convivencia sin pasar por el noviazgo y, todavía más, sin una verdadera intención de formar un futuro matrimonio, es un grave error que puede costar todo el proyecto de vida.
            ¿Por qué la convivencia podría costar todo el proyecto de vida?
            Por que el noviazgo siempre será necesario para el varón y la mujer que quieran donarse el uno al otro. Para poder hacer este don, los futuros esposos deben conocerse, y para esto es el tiempo de “ser novios”: para saber cómo es el otro, cuáles son sus gustos –y cuáles son las cosas que no le gustan-, sus ideales de vida, sus exigencias, etc.
Y tiene que ser así, para que el matrimonio “funcione” luego y marche sobre carriles: si sé qué es lo que le gusta a mi futuro cónyuge, me esforzaré por darle siempre el gusto y así demostrarle mi amor, porque “el que ama desea el bien del ser amado”. Y al contrario, si sé qué es lo que no le gusta, lo evitaré, sólo para evitarle un disgusto o un mal momento. Pero para “saber” todas estas cosas, es necesario un tiempo de “ser novios”, una “escuela de amor”, en donde “aprenderé” a conocer a quien amo y con quien deseo compartir el resto de mi vida, formando una familia.


            Y si los novios no conviven, pero se aman tanto que deciden tener relaciones sexuales antes del matrimonio, ¿qué hay de malo en eso? ¿No es acaso una forma de demostrar el amor?
            Primero, no hay que confundir sexo con amor. El amor es algo grandioso, que va mucho más allá del sexo. Las relaciones pre-matrimoniales, al contrario de lo que parecen, no están motivadas por un amor verdadero y, lejos de ser “muestra de amor”, son muestra de verdadero egoísmo. El verdadero noviazgo, el noviazgo que es “escuela de amor”, combate el egoísmo y lleva a que los novios se respeten en sus cuerpos y se abstengan hasta el matrimonio. El motivo es que sólo así se guardarán el uno para el otro, para entregarse a sí mismos, sin reservas, en el matrimonio. Fuera del matrimonio, la relación sexual no lleva a la donación total, porque siempre hay una “reserva” egoísta, siempre hay un “todavía no”: “todavía no” el hijo, y por eso hay que usar anticonceptivos o preservativos. Y en el fondo, este “todavía no” es, en realidad, un “todavía no te amo lo suficiente como para que seas mi esposa”.


            Se dice que las relaciones pre-matrimoniales son signo de egoísmo y de inmadurez ¿Por qué?
            Porque en estas relaciones, o bien se evita el hijo (en eso consiste el egoísmo), o el hijo viene de manera inesperada, o aun si se lo espera, no se cuenta con una familia unida para darle todo lo que su dignidad de persona exige (en esto consiste la inmadurez).
            Si no convivimos, y si no tenemos relaciones sexuales, ¿qué pasa con la atracción sexual? ¿Hay que esperar hasta el matrimonio?
            Es cierto que los novios son novios, o sea, no son hermanos y tampoco son simples amigos, y por lo tanto, tienen que haber demostraciones de afecto “propias de novios”, que no están presentes en otras relaciones, como la simple amistad (caricias, por ejemplo). Ahora bien, para que puedan existir estas demostraciones, los novios tienen que ser, en primer lugar, “verdaderos novios”, o sea, tener en mente la perspectiva del matrimonio, además de haber otras cosas como ser una relación fiel y estable, edad adecuada, situación laboral y/o profesional, mutuo conocimiento, etc. Sólo si se dan estas condiciones, ¡bienvenidas las manifestaciones de afectos entre los novios! Pero aquí también los novios deben darse cuenta que todavía no son esposos, entonces no pueden hacer lo que hacen los esposos, y además, que son exigencias del amor verdadero la castidad en la continencia y el pudor.


            Si las relaciones sexuales son solo para el matrimonio, ¿quiere decir que el matrimonio autoriza a los esposos a tener todo tipo de relaciones?
            El hecho  de ser esposos no autoriza a una sexualidad desenfrenada. Si la sexualidad no es expresión de la unión en el amor, abierta a la vida, entonces no es auténtica.  Los esposos deben realizar el acto conyugal según el orden y la función de los órganos sexuales dado por la Naturaleza, que es sabia. ¿A alguien se le ocurriría ingerir alimentos por la nariz o por los oídos?



 Preguntas para trabajo personal y/o grupal
¿Qué quiere decir “noviazgo”?
¿Por qué la convivencia está mal?
Y si no se convive,
¿por qué no se pueden tener relaciones,
si los novios dicen que se quieren?
¿Qué características tiene el amor de novios?

martes, 11 de septiembre de 2012

Algunos interrogantes sobre la Adolescencia...




-Adolescencia, ¿es para siempre?
Muchos pretenden permanecer como adolescentes toda la vida: o no maduran, o si ya son adultos, quieren comportarse como adolescentes. ¿Qué decir de esto?
Ante todo, que la adolescencia es sólo un momento en la vida del hombre y que, por lo tanto, no es un estadio definitivo. Nadie es adolescente “para siempre”, y por eso se equivocan quienes muestran a la adolescencia como un “estado ideal”. Es sólo un momento de inicio de la maduración, corporal, psicológica, afectiva, emocional, maduración que debe ser acompañada con criterios claros y valores definidos para que el joven llegue a una edad adulta y pueda vivirla en toda su plenitud. La adolescencia es sólo una preparación para la edad adulta.


En la adolescencia se dan cambios corporales, tanto en los varones como en las mujeres. Estos cambios son tan importantes, sobre todo a nivel genital, que hacen pensar que son “casi adultos” y que, por lo tanto, pueden ya engendrar hijos.
Es verdad, en la adolescencia se producen importantes cambios de todo orden: en los varones, la voz se vuelve más grave, aparece el vello facial, aumenta la masa muscular y el tamaño de los genitales externos, pene y testículos, al tiempo que comienza la elaboración de los espermatozoides, indicio de que se ha adquirido la capacidad de procrear. Estos cambios se dan también en la mujer, o más bien en la niña que comienza la pubertad: aparición de las glándulas mamarias, aumento del tamaño de las caderas, aparición de la menstruación, indicio del comienzo de la ovulación, y de que, al igual que sucede con el varón, se ha adquirido la capacidad de procrear. En ambos se dan, además de los físicos, cambios en la psicología y en la afectividad. Pero esto no quiere decir que el adolescente esté en grado de iniciar una relación de paternidad o maternidad, puesto que a los cambios corporales le deben acompañar la educación en el corazón, en el afecto y en los sentimientos, indispensables para ser padres y madres. La adolescencia no es nunca una etapa definitiva, sino un “momento” intermedio, fugaz, entre la niñez y la juventud y la adultez. Sólo cuando el adolescente sea adulto joven, entonces sí adquirirá toda la madurez necesaria para comenzar a ser padres.

Los cambios corporales de la adolescencia no capacitan para ser padres o madres; son solo la etapa previa antes de que el hombre alcance la madurez plena en la juventud y en la edad adulta.


Hoy más que nunca, el adolescente recibe continuamente, a través de los medios de comunicación, la televisión, internet, el celular o la música que consume en el IPOD, un mensaje: la sexualidad es para el placer, y es por esto  que se lo induce ya sea al auto-erotismo, como a la práctica sexual libre y precoz.
Asociar la sexualidad al placer es siempre un error, y mucho más en la adolescencia, y los errores siempre se pagan caro. Los cambios corporales de la adolescencia, producidos por la secreción de hormonas sexuales, ausentes en la niñez, son solo una parte de la evolución y maduración de la persona; son como piezas de un rompecabezas que tienen que ir en el lugar correspondiente, pues en caso contrario, no pueden lograr su cometido de hacer alcanzar la perfección y la felicidad. La sexualidad no es ni para la satisfacción auto-erótica (masturbación) ni para el uso egoísta de la genitalidad del otro, porque eso es hacer un uso egoísta del placer sexual. El egoísmo es siempre dañino para el joven, porque bloquea su impulso a donarse al otro.


¿Puede un adolescente alcanzar su plenitud y su felicidad como persona, si se lo induce a la masturbación o a la iniciación sexual por medio de las relaciones sexuales?
Asociar la sexualidad al placer –masturbación, relaciones sexuales precoces-, es poner un muro en la carrera a la felicidad que todo adolescente y todo joven está llamado a correr. El placer sexual no puede nunca ir aislado del compromiso de ser padres, y esto se da solo en el matrimonio. El adolescente debe educarse en la libertad y en el aprecio de los valores, para poner al amor verdadero y a la vida en el primer lugar en su corazón. Si la sexualidad no se asocia a la vida y al amor, y si los adolescentes no aprenden a controlar sus sentimientos, van a dividir el placer sexual del compromiso, del amor y de la vida, y eso solo les provocará muchos problemas en el futuro.


¿Cuáles son las consecuencias de aislar al placer sexual del compromiso de vida y de amor?
La consecuencia de la sexualidad precoz y del auto-erotismo es que no solo no satisfacen nunca el deseo de felicidad de los jóvenes, sino que provocan insatisfacción e infelicidad. Y como el corazón del joven está hecho para la alegría y el gozo, al no encontrar nada de esto en estas prácticas, buscará “ocultar” esta infelicidad con “placeres” sustitutos, que lo único que hacen es agravar el problema y causar todavía mayores problemas: embarazo adolescente -lo cual quiere decir un hijo concebido “por descuido” y por lo tanto es un hijo no deseado-; sida, enfermedades de transmisión sexual, que suelen dejar gravísimas secuelas, cuando no son mortales; drogadicción, alcoholismo, intentos de suicidio, etc.


La consecuencia de aislar el placer sexual del compromiso de vida y amor,
Es la ausencia de alegría, la tristeza y la búsqueda de peligrosas vías alternativas de gozo.


¿Estas son las únicas consecuencias de aislar al placer sexual del compromiso de vida y de amor?
No, todavía falta una, la más grave de todas, y es que esta forma de ver la sexualidad afecta la capacidad de amar del joven, porque estas prácticas son el equivalente a encerrar a una persona en una torre-prisión, altísima, de la cual es casi imposible salir. Sólo una educación en el verdadero amor, amor que es compromiso de vida, evita al joven todos estos inconvenientes. El joven tiene derecho a saber que el placer sexual sin compromiso de amor es algo contrario a su felicidad y a su futuro proyecto de vida. Y al contrario, tiene derecho a saber que la moderación de la sensibilidad y de la afectividad, el autoconocimiento de la fertilidad y la continencia, son todos caminos que contribuyen a la alegría y a la realización de sí mismo.


Preguntas para trabajo personal y/o grupal
¿Qué diferencia a la adolescencia de la niñez?
Los cambios sexuales que se dan en la adolescencia,
¿quiere decir que ya se tiene la capacidad de ser padres?
¿Se puede aislar el placer sexual
 del compromiso de vida y amor?
¿Qué consecuencias se producen cuando
se aísla el placer sexual del compromiso de vida y amor? 

lunes, 27 de agosto de 2012

Ser virgen y casto es tener un regalo para dar a quien se ama para siempre



Virginidad y Castidad quiere decir apreciar la sexualidad



¿Cómo se ven hoy la virginidad y la castidad?
Entre los jóvenes se ha difundido hoy la mentalidad de que ser virgen y casto es algo “aburrido” porque impide disfrutar de la vida. También se dice que quienes son vírgenes o están a favor de la virginidad son personas “atrasadas” o inmaduras emocional y afectivamente, y que por lo tanto los jóvenes, para madurar y aprender cosas de la vida, deben dejar de ser vírgenes lo antes posible e iniciarse en las relaciones sexuales, aún cuando no haya intenciones ni de noviazgo ni de casamiento de por medio.
¿Por qué se ve a la virginidad -y a la castidad- como meramente represivas?
Se las ve como represivas porque se las considera solo en su aspecto negativo. Para quienes piensan de esta manera, en definitiva, tanto la virginidad como la castidad no son cosas dignas ni siquiera de ser consideradas, e incluso en ciertos círculos llega a ser un factor de aislamiento para el o la joven que se inclinan por estas virtudes. 
Frente a esta postura, nos preguntamos a su vez: ¿es cierto que todos los jóvenes deben perder su virginidad cuanto antes, e iniciarse en las relaciones sexuales para “madurar”, para “ser felices”, para “estar acorde a los tiempos”, para no ser “marginados” por los demás jóvenes que ya no son vírgenes? ¿Es cierto que son vírgenes aquellos a los que “no les queda otra”, porque no son capaces de tener relaciones sexuales? ¿Es cierto que la pureza y la castidad se basa en la represión de la sexualidad, y que la virginidad es fruto de ver el sexo como algo malo y dañino? A todo esto debemos responder negativamente, puesto que la virginidad, en sí misma, es algo bueno, positivo, agradable, que llena de felicidad a la persona.
¿Por qué mantener la virginidad? ¿Por qué ser castos?
Quien mantiene la virginidad y se decide por la castidad, no lo hace porque no sabe “disfrutar” del sexo, o porque lo reprime, o porque lo consideran algo malo o dañino. Por el contrario, quien se decide por estas virtudes, lo hace convencido de su gran valor, y precisamente, porque es algo de gran valor, de mucho valor, renuncia a él para ofrecerlo por un valor y un amor superior.
Lejos de considerar al sexo como algo malo, la renuncia a la sexualidad de los vírgenes que se inclinan por el matrimonio, y de los célibes que eligen la vida consagrada, es consecuencia de la gran estima a la sexualidad.
También aquí podríamos dar un ejemplo: dejar de lado la virginidad eligiendo la sexualidad fuera del matrimonio y de la opción de ofrecerla como don en la vida consagrada, la sexualidad se convierte en lo que el anzuelo para el pez, o el espejismo para el que vaga por el desierto.
¿Por qué se pierden la virginidad y la castidad?
Quizás con un ejemplo podemos responder a esta pregunta.
Para el pez, la carnada del anzuelo se presenta como algo apetitoso, y es el motivo por el cual se dirige hacia él para atraparlo. Pero en cuanto lo muerde, la carnada pierde su condición de apetitosa, para manifestar su realidad: provoca dolor y también la muerte, puesto que el pez es sacado fuera de su ámbito vital, el agua. Lo mismo sucede con la sexualidad que termina con la virginidad, es decir, la sexualidad sin amor esponsal: parece apetitosa, pero en cuanto se la prueba, esta sexualidad sin amor, meramente física y pasional, se muestra en su cruda realidad: provoca dolor y muerte del espíritu, puesto que no hay trascendencia ni don al otro, sino solo egoísmo e infelicidad. La virginidad no sólo nunca “pasará de moda”, sino que constituirá siempre, para todo hombre, varón y mujer, un gran don y una fuente de felicidad para la persona.


La sexualidad sin amor conyugal es lo que la carnada del anzuelo al pez:
Por fuera parece apetitosa, pero solo trae dolor y muerte.

¿Por qué no vamos a Misa?




¿Por qué no vamos a Misa?                                         

                ¿Porque no tengo ganas?
           Cristo no tenía ganas de sufrir la Pasión –“Padre, aparta de Mí este cáliz”-, y sin embargo, por amor a Dios y a los hombres, sufrió la muerte en cruz, renovada sacramentalmente en la Misa.

¿Porque hay cosas “más importantes” para hacer?
             Nada hay más importante que el sacrificio del Hombre-Dios en la cruz del altar.
           
¿Porque preferimos compartir el tiempo con la familia y los amigos?
En la misa participamos de la eternidad de Dios Trino y de la compañía de ángeles y santos.
            ¿Porque trabajamos duro toda la semana y preferimos descansar en vez de ir a Misa?
           En el sacrificio de la cruz, renovado en el altar por cada uno de nosotros, el Hombre-Dios no descansa ni reposa, no tiene lugar en la cruz ni para reclinar la cabeza.

            ¿Porque no veo la relación entre la Misa y mi vida personal?
          Cada Misa es hecha por mí y para mí, porque por mí y para mí murió en la cruz el Redentor, el Hombre-Dios Jesucristo.

            ¿Porque no “siento” nada?
           Si vamos a Misa a recibir al Sagrado Corazón Eucarístico de Jesús, Él no nos hará “sentir” algo, sino que nos donará el Espíritu suyo y el de su Padre, el Espíritu Santo.


 Si no vamos a Misa, dejamos de lado el don de amor infinito que Dios Trino nos brinda, y hacemos vano el sacrificio del Hombre-Dios en la cruz.