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viernes, 13 de diciembre de 2013

Diez razones para NO VER pornografía



1.     Porque “el cuerpo es templo del Espíritu Santo”, como dice San Pablo (1 Cor 6, 19), y si es templo del Espíritu Santo, no puede ser profanado con imágenes impuras, porque así se profana a la Tercera Persona de la Santísima Trinidad, Dueña del cuerpo del hombre. Un ejemplo nos ayudará a comprender esto: supongamos que un joven ingresa en el templo para asistir a la Santa Misa; apenas traspasa el umbral, ve que  otro joven ha derribado la Cruz del altar, ha tirado los candelabros y ha colocado sobre el altar un televisor plasma gigante; además, a los lados del altar, ha instalado potentes equipos de sonido, y ha conectado el televisor a una computadora y está proyectando pornografía… ¿Le dirías algo a este joven? ¿Qué le dirías? Y si este joven te responde: “El templo es mío y hago lo que quiero con él”. ¿Es correcta esa respuesta? ¡Por supuesto que no! Tendrías que decirle que está en un grave error: que el templo no es de él, sino de Jesús y que Jesús, que está Presente en el sagrario, está muy ofendido y dolido por semejante ultraje. Eso mismo ocurre con quien ve pornografía, porque al ingresar por los ojos del cuerpo, las imágenes se proyectan, como si fuera una pantalla de cine o de televisión, en las paredes del corazón, templo del Espíritu Santo. Entonces, ver pornografía, para un bautizado, es el equivalente a que alguien entre en un templo material y, sacando todo lo que hay en el altar, instalara un  televisor gigante y comenzara a pasar las imágenes impuras. Así como a esa persona habría que decirle que está en un grave error, que debe desistir de su actitud y que no debe volver a hacerlo nunca más, así también el cristiano, tampoco debe ver nunca pornografía, para no ultrajar su cuerpo que por el bautismo ha sido adquirido por Dios Padre, al precio de la Sangre de Dios Hijo, para que sea “templo del Espíritu Santo”.
2.     Porque aunque creas que estás solo viendo pornografía, NUNCA lo estás: está siempre tu Ángel de la Guarda, que no se separa de ti ni de noche ni de día, y que debe taparse la cara de la vergüenza cuando alguien ve pornografía. Además, estás delante de Dios, porque nos encontramos permanentemente ante nuestro Creador, y Dios se apena profundamente cuando alguien consume pornografía, porque se aleja en dirección opuesta a su Amor.  
3.     Porque la pornografía es un pecado mortal y el pecado mortal se paga en la otra vida con el infierno. Allí se sufren horribles castigos, principalmente en los órganos con los cuales se cometió el pecado mortal que fue la causa de la condenación. En este caso, el castigo sufrido de modo particular es en los genitales, porque Dios no creó el sexo para ser usado como en la pornografía, a un nivel más bajo que las bestias irracionales. ¿Alguien vio alguna vez cómo se aparean los animales? Así lo hacen porque fue Dios quien los creó con sexo y fue Dios quien quiso que se reprodujeran mediante el apareamiento. Pero cuando el hombre usa la pornografía, se rebaja a un nivel más bajo que el de los animales irracionales, porque el sexo no ha sido creado por Dios para ser usado de esa manera. El sexo es bueno y santo SOLO EN EL MATRIMONIO –y siempre de modo natural, casto y puro-; es decir, el sexo es bueno y santo y se corresponde con la Voluntad Divina solo cuando es usado por los esposos como un modo de comunicarse los cónyuges el amor esponsal que los une; además, el sexo entre los esposos debe estar siempre abierto a la vida, para que nazca el hijo, fruto del amor esponsal. Sólo así, con estas condiciones, el sexo en el hombre es acorde a la Divina Voluntad. Cualquier otro uso del sexo, y mucho más en la pornografía, ofende gravemente a Dios y contraría su Divina Voluntad. Si tienes la tentación de ver pornografía, piensa en el momento de tu muerte, momento en que serás llevado ante la Presencia del Justo Juez para recibir lo que mereciste con tus obras. Si mueres luego de haber visto pornografía, morirás con ese pecado mortal en el alma y tú solo pedirás, en tu juicio particular, ser apartado de la Presencia de Dios Trino para siempre, y allí comprenderás que no valía la pena sufrir una eternidad de dolores por un placer ilícito y efímero.
4.     Porque la pornografía te convierte en un delincuente a los ojos de los hombres y a los ojos de Dios y esta es la razón: detrás de una página pornográfica, hay seres humanos que sufren, porque en la gran mayoría de los casos, son personas que han sido raptadas y obligadas a hacer esas cosas bajo amenaza de muerte y tú te haces responsable y culpable de sus terribles sufrimientos ante Dios, teniendo en cuenta que no solo sufre esa persona secuestrada, sino todo su entorno familiar. El siguiente ejemplo puede ayudarte para entender mejor lo que queremos decir: tú, que vienes a Misa y te confiesas y comulgas, pero también ves pornografía, ¿saldrías con armas de fuego a secuestrar personas para recluirlas en una casa oculta a la vista de todos, los obligarías, bajo amenaza de muerte, a que hagan esas cosas aparentando felicidad, porque tú los encañonas con un revólver para que finjan felicidad, subirías esos videos a la red para ganar dinero con ellos, y les pegarías un tiro para deshacerte de estas personas cuando ya no te sirvan más o cuando la cosa se ponga complicada? Con toda seguridad, responderás “No, yo no haría eso”, pero cuando ves pornografía, sí lo haces virtualmente, porque te conviertes en el jefe virtual de esa banda de delincuentes que han secuestrado, violentado, humillado y asesinado –la mayoría de las personas que aparecen en videos pornográficos ya está muerta-, y es así como, ante la justicia humana y ante la Justicia Divina, te haces merecedor de los más duros castigos. La justicia humana no te hará nada, pero te aseguro que de la Justicia Divina no escaparás…
5.     Porque la Sagrada Escritura nos advierte: “No hagas a los demás lo que no te gusta que te hagan a ti” (Tob 4, 15). Si Dios nos advierte, es por algo. ¿Te gustaría que te hicieran eso, todo el día, todos los días, delante de miles de personas? ¿Te gustaría que se lo hicieran a tus seres queridos? Con toda seguridad, tu respuesta es un rotundo: “No”. Entonces, no lo hagas, no veas pornografía, porque por algo nos advierte la Palabra de Dios. Si no entendemos por las buenas, Dios nos hará entender por las malas, pero en ese momento, ya será tarde para el arrepentimiento…
6.     Porque la pornografía quiere decir que le dijiste “No” a Dios y a sus Mandamientos de Amor, y te decidiste por los mandamientos de Satanás. Si Dios desde la Cruz te decía: “No cometerás actos impuros”, “No consentirás pensamientos ni deseos impuros”, “No mirarás pornografía”, pero aun así lo mismo viste pornografía, eso quiere decir que elegiste libremente no cumplir los Mandamientos de Dios, para cumplir, también libremente, los Mandamientos de Satanás, porque todo pecado es decirle “No” a Dios y sus Mandamientos, para decirle “Sí” a Satanás y a sus Mandamientos. ¿Cuáles son los Mandamientos de Satanás? “Comete actos impuros, consiente pensamientos y deseos impuros, mira pornografía, déjate vencer por la lujuria, no te preocupes, haz lo que quieras…”. Quien, por libre voluntad, no cumple los Mandamientos de Dios, sí cumple, también por libre voluntad, los Mandamientos de Satanás. Y en la otra vida recibe el doloroso pago de su mala elección. Entonces, no mires pornografía, no juegues con la Misericordia Divina, no tientes a Dios, a ver hasta dónde llega su paciencia, porque Dios nos espera y nos tiene paciencia, pero su paciencia también tiene un límite. ¿Quieres que Dios esté eternamente enojado contigo? Por supuesto que no. Entonces, no mires pornografía, cumple los Mandamientos de Dios.
7.     Porque mirar pornografía quiere decir literalmente ser arrastrado por las pasiones, como cuando alguien desea cruzar un río caudaloso, cuyas aguas bajan turbias e impetuosas: no es lo mismo que ese alguien haga el esfuerzo de cruzar, ayudado por un cayado y por el pensamiento de que su amorosa madre lo espera en la otra orilla, a dejarse arrastrar por el agua y encontrando la muerte río abajo. El que cruza el río caudaloso de aguas turbias con un cayado, con el pensamiento puesto en su madre que lo espera en la otra orilla, es el que en la tentación se aferra a la Cruz de Jesús y al Santo Rosario; a ese nunca le faltará la ayuda del cielo para no caer y así no solo nunca caerá, sino que acrecentará cada vez más el estado de gracia, gracia que lo hace partícipe de la vida divina. En cambio, el que en vez de cruzar el río se deja arrastrar por sus aguas para morir, es el que no lucha contra la tentación y no acude ni a Jesús en la Cruz ni a la Virgen en el Rosario, encontrando así la muerte del alma que es el pecado mortal.
8.     Porque el pecado de lujuria le ocasiona terribles dolores a Jesús en su Cuerpo. ¿Le pegarías trompadas a Jesús si se te apareciera? Eso es lo que haces cuando ves pornografía, porque tus pecados repercuten sensible y físicamente en el Cuerpo de Jesús, y son la causa de sus golpes, flagelaciones y heridas abiertas y sangrantes. Si no te mueve el temor del infierno o las alegrías del cielo para no ver pornografía, al menos que te mueva la compasión hacia Jesús, golpeado y flagelado por tus pecados… Es esto lo que Santa Teresa de Ávila quiere decir con su hermosísimo poema, recitado ante Cristo crucificado: “No me mueve, mi Dios, para quererte, el cielo que me tienes prometido/Ni me mueve el infierno tan temido, para dejar por eso de ofenderte/ Tú me mueves, Señor, muéveme el verte/clavado en una Cruz y escarnecido/Muéveme ver tu Cuerpo tan herido,/muévenme tus afrentas y tu muerte./Muéveme, en fin, tu amor, y en tal manera/que aunque no hubiera cielo, yo te amara,/y aunque no hubiera infierno, te temiera./No me tienes que dar porque te quiera,/pues aunque lo que espero no esperara,/lo mismo que te quiero te quisiera”. Reza esta oración con el corazón, delante de Cristo crucificado, y Él te dará su Amor en una medida tan grande, que el espectro de la pornografía no aparecerá nunca más en tu vida. Además de en la Cruz, puedes rezar este poema a Cristo en la Eucaristía, porque Jesús quiere donarte el Amor de su Sagrado Corazón eucarístico en su totalidad y sin medida. La pornografía te separa del Amor de Dios; ¿te vas a quedar sin el Amor de Jesús Eucaristía, por algo tan bajo y soez?
9.     Porque la pornografía es darle golpes y más golpes a Jesús agonizante en la Cruz. Haz el siguiente ejercicio espiritual: toma un crucifijo, en donde sean visibles las heridas y la Sangre de Jesús; pídele a la Madre de Dios que te dé la gracia de saber cuál o cuáles de las heridas de Jesús fueron ocasionadas por causa tuya, por haber cometido el pecado de la pornografía. Contempla en silencio a Cristo crucificado, agonizante, y prométele que no lo golpearás más, que ya está bien con todos los golpes que recibió por tus pecados; prométele que no verás nunca más pornografía. Y para que tu propósito sea firme, reza el Rosario todos los días, sígnate con el agua bendita todos los días, y pídele también todos los días, a la Madre de Dios, que es también tu Madre, la siguiente gracia: la gracia de morir antes de cometer un pecado mortal. Porque nadie se condena por morirse, pero sí por un solo pecado mortal, como el haber visto pornografía o por haber al menos deseado y consentido ver pornografía. Es preferible morir mil veces en esta vida y ser llevados al cielo, que permanecer vivos con el pecado mortal de la pornografía y correr el gravísimo riesgo de ser condenados.

10.           La última razón para no ver pornografía, es que el corazón humano es muy pequeño y solo tiene lugar para una de dos cosas: o la pornografía, o el Amor de Dios. O es una cueva pestilente y babeante, en donde anida Asmodeo, el demonio de la lujuria, o es un nido de luz en donde se posa y descansa la dulce paloma del Espíritu Santo, el Amor de Dios. Que sea el Amor de Dios el que viva en tu corazón.

miércoles, 14 de noviembre de 2012

El Padre Fortea habla sobre el poder destructor de la pornografía



En las apariciones en Fátima, la Virgen les hizo ver y experimentar el infierno a tres niños, y les dijo que la gran mayoría caen en ese lago de fuego a causa de los pecados de impureza. En nuestros días, la niñez y la juventud están siendo particularmente atacadas, debido a la difusión sin control de la pornografía por Internet. Ofrecemos estas reflexiones del Padre Fortea, reconocido demonólogo y exorcista, acerca de la pornografía, con la esperanza de que el que los lea -principalmente niños y jóvenes-, asocie la pornografía, o pecado de lujuria, con el infierno, ya que si alguien muere en ese estado, no tiene posibilidad de salvación.

Los que se dedican al negocio de la pornografía llevan demasiado tiempo disfrutando de su negocio en paz. Se han acostumbrado a que nadie clame abiertamente en los medios de comunicación advirtiendo a la sociedad acerca del mal que están haciendo.
El Estado interviene para prohibir, o al menos poner trabas, a todo aquello que hace daño a la comunidad humana. El Estado lleva haciendo esta función desde el comienzo de su existencia. Todo el mundo entiende que las leyes prohíban que alguien venda droga, o que alguien contamine los ríos, o que alguien denigre el honor de otras personas.
El Estado debería prohibir la pornografía, pero sabemos muy bien que no lo va a hacer. Así que los ciudadanos sólo contamos con nuestras fuerzas para advertir a los demás del perjuicio que esta realidad supone. Contamos con nuestras fuerzas individuales y unidas, y sobre todo con la ayuda de Dios.
Se supone que no podemos luchar contra lo imposible de evitar, ésa ha sido la razón de la inactividad de los cristianos contra esta lacra. Hace unas décadas, cuando comenzó, se hubiera podido detener completamente, ahora sólo podemos advertir.




Puntos de meditación
Como hoy día la gente que navega por Internet no tiene tiempo para largos razonamientos vamos a exponer una serie de puntos para la meditación:
La pornografía es contraria a la dignidad humana
-es mala para los seres humanos que aparecen en ella.
-es mala para el que la ve
-es mala para el empresario que gana su dinero de esa forma
-es mala para la sociedad
La pornografía va camino de convertirse en una plaga.
No hay un final del túnel, no tocaremos fondo.
La pornografía destruye la relación con Dios,
destruye la familia
los sagrados vínculos de la familia son destruidos por la seducción de esas imágenes
Es causa de terribles aberraciones porque el pobre ser humano atrapado en sus garras siempre necesita más cantidad, nuevas experiencias, cada vez más pervertidas.
La pornografía esclaviza
esclaviza a unos seres humanos sobre otros
esclaviza a las sociedades
En la pornografía ya no vemos a un ser humano, vemos un trozo de carne.
Ya no somos hijos de Dios, sino animales.
El sexo dentro del matrimonio es una cosa totalmente distinta.
La pornografía hace de nosotros animales
La castidad hace de nosotros ángeles
Abrazar la castidad es como la decisión de dejar de fumar, o se decide dejarlo del todo o no.
Pero si no se deja siempre se necesita más
Hay una espiral descendente, cada vez más, cada vez más pervertida
Es necesario advertir a la sociedad porque la cosa va a empeorar
Mucha gente es débil pero en el fondo de sus corazones saben que esto es verdad
Lo malo es que mucha gente ya ni siquiera ve la verdad
Algunos burlonamente nos pueden preguntar:
¿Lo que nos está diciendo es que usted tiene la verdad y que nosotros estamos equivocados?
Hay que responderles:
Sí, exactamente, exactamente eso.
Para mí, como sacerdote, lo terrible, lo que nunca hubiera imaginado ha sido el encontrar a padres de familia con hijos que abandonaron su familia porque la pornografía les llevó a experimentar más y más cosas, cayendo finalmente en la homosexualidad
La pornografía está contaminando a muchos cristianos
Muchos cristianos no se animan a hablar contra la pornografía en los medios de comunicación porque consideran que es algo que tiene que ver con la libertad humana. Cuando la pornografía lo que hace es quitar esa libertad. La sociedad menos libre acabará siendo la más pervertida. A nadie le queremos quitar la libertad, pero el Estado es el que decide qué se puede vender y qué no se puede vender. Del mismo modo que no se permite atentar contra el honor de alguien, hay que entender que la pornografía atenta contra la dignidad del ser humano que aparece en esas fotos o películas. Nadie debería aceptar dinero por hacer ese trabajo, no es un trabajo.
Algunas enfermedades venéreas son de apariencia tan horrible para mostrar lo mucho que nos debemos alejar de ese pecado.
Mucha gente piensa: hoy día todo se cura. Están muy equivocados: la gonorrea, el herpes, el molusco contagioso y por supuesto el sida no se curan. La misma sífilis en determinados grados es actualmente incurable y terrible en su acción sobre los órganos y el cerebro.
Hay que advertir a nuestros conciudadanos de la otra cara de la historia.
Ni siquiera saben que existe otra cara de la historia
Salvad a la gente del infierno.
Salvad sus almas
El pecado lleva al infierno.
Dios os puede sacar de esto.
Dios os puede restaurar.




El futuro
Hay quienes no quieren pedir al Estado que intervenga contra la pornografía porque piensan que el Estado no debe intervenir en nada. Pero eso no es cierto. El Estado interviene en infinidad de facetas. Y esta supuesta no-intervención no impedirá que el Estado finalmente intervenga contra nosotros los cristianos.
Una sociedad pervertida no nos dejará seguir predicando normalmente. Nos pondrá todas las trabas y finalmente lo impedirá. Es sólo una cuestión de tiempo.
Pienso que en el las próximas décadas van a ocurrir muchos más desastres naturales (terremotos, inundaciones, huracanes, tsunamis, etc) porque la destrucción de la Ley de Dios en una sociedad provoca que se aleje de nosotros la bendición de Dios.
El pecado será la causa profunda de esos desastres, no el calentamiento global.
Pero la gente ya no volverá sus ojos a Dios, como hizo en otras épocas, pensando que es el calentamiento global lo que provoca esos males.
En este camino hacia abajo pronto será legalizada la prostitución. Y si siguen así la droga será legalizada. Finalmente hasta el sexo con niños será legal si ellos consienten. ¿Qué vendrá después? Todo tipo de horrores