lunes, 21 de enero de 2013

Iguales y diferentes: La plenitud del amor se alcanza sólo en la heterosexualidad


Es un “derecho humano” del niño el crecer y ser educado por una papá y una mamá.


            ¿Qué podemos responder a los que dicen: “ Si dos personas se aman, aunque sean del mismo sexo, no se debe prohibir la relación, y si se quieren casar, que lo hagan, ya que tienen todo el derecho del mundo”?
            El amor hace gustar tanto de algo, que lleva a salir fuera de sí mismo para donarse al ser amado y en esta donación encontrar la propia felicidad. Ahora bien, en la raza humana, esta donación de sí mismo se lleva a cabo con la máxima perfección y plenitud en la unión del varón con la mujer, puesto que al ser diferentes y complementarios, ambos sexos encuentran en el otro aquello que los plenifica y los conduce a la felicidad. En efecto, esto es así, porque solo en la unión de los sexos masculino y femenino, en la donación total de sí mismos, encuentran que son capaces de alcanzar la plenitud de sus seres: amar y procrear. Ni el sexo masculino por sí mismo, ni el sexo femenino por sí mismo, son capaces de alcanzar la plenitud; aisladamente, no trascienden y tampoco engendran vida. Sólo en la unión mutua y en la complementariedad, pueden contribuir al mutuo perfeccionamiento: al unirse con la mujer, el varón puede alcanzar la perfección de “esposo” y “padre”; al unirse con el varón, la mujer puede alcanzar la perfección de “esposa” y “madre”. Ambos sexos se complementan para ser co-creadores de la vida, para hacer aparecer el fruto del amor esponsal, los hijos. Nada de esto se da en la unión homosexual, en la cual no hay complementariedad ni tampoco se alcanza la perfección propia de cada sexo.

            ¿Y a los que dicen: "El llamado “matrimonio igualitario” no se diferencia esencialmente en nada al matrimonio heterosexual: en ambos hay personas que se aman y que desean compartir la vida en común"?
            Aunque exteriormente muchos puedan encontrar similitudes con el matrimonio heterosexual, no se trata más que de semejanzas superficiales. Cuando se mira la constitución del hombre y de la mujer, se puede constatar que ambos sexos son, por naturaleza, complementarios, lo cual no quiere decir “deficiencia” en uno o en otro, sino que ambos se necesitan mutuamente para alcanzar la perfección –esposo, padre, esposa, madre- que poseen en sí mismos, pero que por sí mismos no pueden alcanzar. Una relación homosexual, aún cuando sus integrantes posean las mejores de las intenciones, no puede nunca hacer llegar a estos a la plenitud de la perfección, puesto que no son complementarios, sino iguales. Al no corresponder a la naturaleza del hombre, las relaciones homosexuales provocan frustración de la trascendencia.

            ¿Y si alguien argumenta que "los integrantes del matrimonio igualitario pueden convertirse en padres o madres, a través de la FIV o del alquiler de úteros...?"
            El fin no justifica los medios, lo cual quiere decir que una persona no puede convertirse en padre o madre a cualquier costo, pasando por los derechos del niño de nacer en un matrimonio heterosexual, como fruto del amor esponsal, y no por medios artificiales. No se pueden violentar los derechos humanos, como el del niño por nacer.

Muchos dicen que a los homosexuales se los "discrimina" cuando alguien se opone a su práctica sexual. ¿Acaso no tienen derechos, como todo el mundo?
Con respecto a la discriminación –a la cual podríamos llamar también “acepción de personas”-, no es “discriminar” pretender que alguien viva la castidad (que no es equivalente a continencia). Todo lo contrario a la discriminación, la solicitud por la castidad de las personas constituye una muestra de la alta estima y aprecio que su condición de persona humana exige. Cuando alguien se opone a la práctica homosexual, de ninguna manera significa "discriminación", sino preocupación por su bienestar. Y la castidad y continencia no es algo que se pida a los homosexuales, ya que vale también para los casados y para los no casados. No es discriminar pretender que el placer sexual ocupe el único lugar posible, el del matrimonio entre varón y mujer, y abierto a la vida. Y por supuesto que los homosexuales tienen derechos, como los tienen también los heterosexuales, y dentro de esos derechos humanos de los homosexuales, está el derecho a vivir una vida plena en el amor, lo cual se consigue únicamente por la castidad y la continencia.

¿Qué decirle a un joven homosexual?
Que la homosexualidad no es irreversible y que puede ser superada, y que todo ser humano, además de contar con la ayuda de quienes lo aman, tiene en sí mismo la potencialidad y la fuerza necesarias para superar todo aquello que frustra su destino de esposo/padre o esposa/madre.

 Preguntas para trabajo personal y/o grupal
¿Por qué dos personas del mismo sexo
no pueden tener relaciones sexuales?
¿En qué se diferencia el “matrimonio igualitario”
del matrimonio heterosexual?
¿Tienen derechos los niños
a ser criados y educados
 por un papá varón y una mamá mujer?
Pedirle a una persona homosexual que viva la castidad,
¿es discriminarlo?

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