sábado, 16 de marzo de 2013

Qué es y qué no es Cuaresma y Semana Santa





Qué es lo que no es:
         -Un tiempo como cualquier otro
         -Un tiempo de descanso
         -Un tiempo de vacaciones
         -Un tiempo para el mundo

Qué es:
-Un tiempo para rezar el Rosario
-Un tiempo para leer la Biblia y meditar en la Palabra de Dios
-Un tiempo para hacer obras buenas, ayudando al que lo necesita (enfermos, pobres, etc.)
-Un tiempo para pensar en Jesús que camina al Calvario para morir en Cruz y salvarnos
         ¿De  qué nos salva?
         De tres grandes enemigos:
         -El demonio
         -El mundo
         -La carne
         El demonio nos tiende lazos: soberbia, vanidad, orgullo, sensualidad, mentira, hipocresía, falta de amor, pereza, malos pensamientos, malos deseos, malas obras, superstición (Gauchito Gil, Difunta  Correa, San La Muerte).
         El mundo nos tiende lazos: pensar sólo en cosas materiales, no rezar, ver televisión, ver internet, pensar en el fútbol, en la música, en la diversión, en las salidas.
         La carne, que es lo opuesto al espíritu, nos aparta de Jesús y su Cruz, porque hace que el cuerpo pida lo que no necesita: comer de más, dormir de más, no hacer lo que es el deber de estado, huir del esfuerzo y del sacrificio.
         Jesús nos libra de estos enemigos en la Cruz:
         Nos libra del Demonio, porque en la Cruz lo derrotó para siempre: el Demonio creía que lo había vencido, porque consiguió matarlo, pero como Jesús es Dios, Él destruyó la muerte en la Cruz y resucitó el Domingo de Resurrección, para darnos la vida eterna.
         Nos libra del mundo, porque Jesús en la Cruz nos atrae con la fuerza del Amor de Dios llevándonos a la santidad y apartándonos de las cosas vanas: las riquezas materiales, los honores y la gloria del mundo. Jesús en la Cruz nos enseña que no debemos desear las riquezas terrenas, sino que debemos vivir la santa pobreza de la Cruz. Él en la Cruz, es pobre, porque no tiene nada que le sea propio, porque todas las cosas materiales que tiene: su corona de espinas, sus clavos de hierro, su lienzo, su Cruz de madera, el cartel que dice que es Rey de los judíos, todo, le pertenece a Dios Padre, entonces no tenemos que desear más bienes terrenos que los que Jesús tiene en la Cruz. Pero Jesús nos enseña también que tenemos que desear los bienes del cielo, y por eso nos dice: “Atesorad tesoros en el cielo”. ¿Y cuáles son esos bienes? La Cruz, la Eucaristía, la Virgen María, las obras buenas. Esos bienes sí tenemos que desear y atesorar, así como el avaro atesora el oro y la plata en su caja fuerte.
         Nos libra de la carne, porque en su Cuerpo crucificado está crucificada nuestra humanidad, y así nos enseña a sacrificarnos, a vencer la pereza, a vencer las pasiones que nos dominan, porque la Cruz es el camino para ir al cielo, y si no pasamos por la Cruz, si no crucificamos nuestras pasiones, nunca vamos a poder entrar en el cielo.
         La Cuaresma entonces es el tiempo de la Iglesia que nos regala Dios para que recemos y obremos el bien, uniéndonos a Jesús que va, camino del Calvario, con la Cruz a cuestas. Sólo si lo seguimos a Él en el Via Crucis, podremos resucitar, en esta vida, a la vida de la fe y de la gracia, y en la otra,  a la vida eterna.
         Para esto es el tiempo de Cuaresma, y no para otra cosa.

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