Santos Mártires Timoteo y Maura, jóvenes esposos.
¿Por qué el matrimonio católico está en crisis? ¿Por qué
cada vez menos jóvenes eligen el concubinato en vez de casarse por la Iglesia?
¿Por qué los matrimonios válidamente contraídos, duran cada vez menos? ¿Por qué
hay tantos divorcios y separaciones entre los esposos católicos?
Podemos responder a todas estas preguntas con una sola
respuesta: porque los mismos católicos no comprenden el significado
sobrenatural del Sacramento del Matrimonio.
Es decir, la respuesta no está en la sociedad secularizada,
que ensalza el concubinato, la convivencia pre-matrimonial, la separación, la
infidelidad, las relaciones extra-conyugales, como algo bueno, cuando en
realidad es algo malo. No es que la sociedad se haya mundanizado, porque la
sociedad siempre ha sido mundana; lo que sucede es que los católicos no
aprecian las fuentes de santidad, como el Sacramento del Matrimonio, que poseen
como tesoros celestiales y es por eso que, en vez de santificar al mundo, se
mundanizan con el mundo y mundanizan a la Iglesia. Es decir, los esposos
católicos, en vez de santificarse con el Sacramento del Matrimonio, lo dejan de
lado y se mundanizan con los conceptos y los puntos de vista del mundo y no los
de la Iglesia.
Para saber de qué manera es que los católicos se están
mundanizando, es necesario que consideremos brevemente en qué consiste el Sacramento
del Matrimonio. Para ello, consideremos a un matrimonio que está antes de todo
matrimonio humano: el matrimonio u desposorio místico entre Cristo Esposo y la
Iglesia Esposa, pues en este celestial connubio, se injertan los esposos
cristianos, así como un sarmiento se injerta en una vid. Y una vez injertados
en este celestial y místico matrimonio, el de Cristo Esposo y la Iglesia
Esposa, participan de sus mismas características y es así como las
características del matrimonio católico –unidad, indisolubilidad, fecundidad-,
se derivan de esta celestial unión, y de esta celestial unión toman sus
características. Además, reciben de la unión esponsal Cristo-Iglesia el Amor de
Dios que une a Cristo con su Esposa, y con Él, todas las gracias que necesitan
para superar, con creces, todas las dificultades, pruebas, tribulaciones, que
pudieran sobrevenir, y esto por fuerte que pudieran ser. Cuando un matrimonio
entra en crisis, es porque no se ha acudido a la Fuente de la gracia
sacramental en la que el matrimonio de los esposos terrenos está injertado, y
es la unión esponsal entre Cristo y la Iglesia. Los problemas surgen cuando los
esposos terrenos dejan de lado esta consideración sobrenatural y se mundanizan,
viviendo su propio matrimonio no como el misterio de la inserción en la unión
esponsal Cristo-Iglesia, sino como un matrimonio natural más. Y así, el
matrimonio natural no tiene fuerzas suficientes para superar las tribulaciones,
con lo que los problemas, los desencuentros, las tribulaciones y las pruebas,
enfrentados con las solas fuerzas naturales de los esposos, terminan por hacer
naufragar al matrimonio. Y todas las formas de convivencia pre-matrimonial,
convivencia concubinaria, relaciones extra-matrimoniales, bigamia, poligamia,
etc., se derivan de este mismo mal: el naturalismo racionalista de los novios y
esposos católicos que son católicos sólo de nombre, porque en la práctica, abandonan
los misterios sobrenaturales del Hombre-Dios y de la Iglesia, Esposa Mística
del Cordero, para vivir como paganos.
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