Pornografía: la industria de 13 billones de dólares que destruye las vidas de incontables hombres, mujeres y niños




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Si no crees ver los efectos negativos causados por la pornografía, si sólo piensas que es una costumbre personal que no afecta a nadie más, deberías abrir los ojos y leer las noticias u observar en los que te rodean la destrucción que la pornografía deja a su paso. Ya se trate de la trata sexual anual de 100.000 niños en EEUU, la altísima tasa de divorcios o la sorprendente popularidad de la novela erótica Cincuenta sombras de Grey, el uso de la pornografía daña a los individuos y los matrimonios así como explota a los más vulnerables.

Daña a las personas

Los Diez Mandamientos no son arbitrarios; hay una razón por la que se nos dice no desearás a la mujer del vecino. El uso de la pornografía es peligroso porque es contrario al plan de Dios para nuestra sexualidad y nuestra felicidad. El Catecismo dice que la pornografía “ofende a la castidad porque pervierte el acto conyugal, la donación íntima de los esposos entre sí”.  Debido a que la pornografía tiene como fin la satisfacción de la lujuria a través de la cosificación de los demás, es una actividad que aísla a la persona, cortando de raíz la posibilidad de convertirse en un “don de sí mismo” a los demás.

Las primeras víctimas de la pornografía es la gente que la practica. La media de edad en la que un varón se ve expuesto a la pornografía por primera vez es a los once años (Internet Filter Review). El 53% de los chicos y el 28% de las chicas (12 a 15) admiten el consumo de contenido sexual explícito, incluyendo representaciones de genitales y el contacto genital (Brown, J. & L'Engle, K. 2009, Communications Research; 967 youth from 14 public schools in SE USA). En otras palabras, el consumo de pornografía no es una “decisión madura”, hecha por adultos, sino una práctica que atrapa a personas de corta edad, infiltrándose en la comprensión de los hombres y las mujeres sobre la intimidad sexual y casi siempre conduce a una masturbación regular, a veces diaria.

Nuestros cerebros no están preparados para recibir imágenes como esas (incluso durante varias horas a la semana) y no verse afectados. The Journal of Adolescent Health realizó un estudio hace varios años que demostraba que el consumo continuo de pornografía hace que los adolescentes tengan un sentido exagerado de la sexualidad en la sociedad, que acepten la idea de que la promiscuidad es normal, que devalúen la abstinencia, les crea escepticismo sobre el papel del amor en la intimidad sexual y les hace creer que el matrimonio es limitante (2008). Dicho estudio destacó que en los consumidores de pornografía en edades comprendidas entre los 18 y los 26, existía un destacado aumento de las parejas sexuales, el sexo casual y las infidelidades matrimoniales.

La adicción al sexo es una dura realidad para muchos hombres y mujeres que puede venir por el consumo de pornografía. La adicción a la pornografía  es tan seria como la adicción a las drogas o el alcohol y puede conducir a la visualización obsesiva, insaciable, llevando al consumidor a adentrarse en un material cada vez más explícito y perverso. La adicción a la pornografía puede producir falta de sueño y productividad, disminución de la satisfacción en la relación y una pérdida en la productividad laboral, incluso a la actividad criminal (como la pornografía infantil, abusos.. etc)

Sexaholics Anonymous, un programa de 12 pasos para aquellos que sufren la adicción sexual, afirma: Muchos de los que vienen a Sexaholics Anonymous (SA) se ven conducidos a la desesperación por sus pensamientos y conductas sexuales. En las reuniones de SA descubrimos que, para nuestra sorpresa, la lujuria es la fuerza que impulsa nuestra manera de actuar. La lujuria es un pensamiento o sentimiento desordenado que nos conduce a usarnos a nosotros mismos, a las cosas, o a los demás para fines egoístas y destructivos.

Para muchos hombres y mujeres, lo que comenzó como un placer culpable se ha transformado en un vicio que ha destruido su vida personal, su matrimonio y su vida profesional.

Socava los matrimonios 

El Beato Juan Pablo II define la intimidad compartida por el matrimonio como “un don mutuo de los esposos”, una confirmación del pacto hecho en los votos matrimoniales (Carta a las Familias 1994). Cuando uno de los esposos consume pornografía, él/ella elige la satisfacción sexual propia sobre el amor conyugal. Mientras que algunos creen que la pornografía “puede darle vida” al matrimonio, está claro que la pornografía degrada la misma unión que no es solo de la carne, sino de dos personas, cuerpo y alma.

El doctor Patrick Fagan, realizó un estudio publicado por el Family Research Council que señala que los hombres que consumen pornografía están mucho menos satisfechos de sus relaciones sexuales con sus mujeres, y que las mujeres se dan cuenta de esta diferencia en el comportamiento. La mayoría de los cónyuges consumen pornografía como un tipo de infidelidad. Es más, Fagan descubrió que el consumo de pornografía es una puerta hacia la infidelidad y el divorcio. Este dato ha sido confirmado por la American Academy of Matrimonial Lawyers, que destacan que en el 56% de los casos de divorcios uno de los cónyuges tiene un interés obsesivo por las webs pornográficas.

Explota a las víctimas 
           
Es imposible hablar sobre los efectos de la pornografía sin hablar de las miles y miles de víctimas sexuales explotadas por esta industria. Incluso cuando mujeres adultas son “actrices” dispuestas, los consumidores están apoyando la cosificación y la degradación de la mujer para un beneficio. Por supuesto, las mujeres jóvenes que no eligen esta carrera libremente (¿quién sueña en convertirse en una estrella porno?), lo normal es que las exploten sexualmente a cambio de drogas, protección o dinero.

El estudio del Dr. Fagan revela que los hombres que consumen pornografía se van aburriendo cada vez más y van buscando cada vez formas más perversas, y también se hacen más tolerantes con las agresiones sexuales e incluso con la violación. Demasiado a menudo, esto conduce a la pornografía infantil y, por tanto, la explotación de menores. En 2011 el fiscal general Eric Holder jr. destacó ha existido “un crecimiento histórico en la distribución de la pornografía infantil, en el número de imágenes compartidas on-line, y el nivel de violencia asociado con la explotación sexual infantil y los crímenes de abusos sexuales” (National Strategy Conference on Combating Child Exploitation).

Hay esperanza para la pureza

La amplia disponibilidad de la pornografía provoca que se pierda la esperanza en que alguien pueda superar esa tentación permanente. Sin embargo, con la ayuda de la gracia de Dios y unas claves es posible llevar una vida de pureza.

Primero y antes que nada, la confesión frecuente para aquellos que luchan contra la lujuria es esencial. Además de abordar nuestra constante necesidad de la misericordia y del perdón de Dios, también es una oportunidad para romper con un pecado cíclico (aquellos que caen en la pornografía sienten culpa y, a menudo, calman esa culpa cayendo otra vez). Una vida de oración regular, también es importante para vivir una vida virtuosa. Demasiado a menudo los hombres y las mujeres dependen de sus propias fuerzas para superar la lujuria y caen. Se debería depender de la oración sobre todo en los momentos de tentación y de debilidad.

Junto a una activa vida de oración, hay muchas formas sencillas de evitar la tentación de la pornografía. La herramienta más importante es un filtro de Internet, que hace que las webs pornográficas sean inaccesibles (los sistemas de filtros buenos son Safe Eyes, Covenant Eyes, y K9 Web Protection). También ayuda el poner el ordenador en un lugar público y poner una hora tope al uso de internet por las noches facilitan el evitar los momentos de tentación. Se debería considerar el poner una estampa con una oración al lado del ordenador, alojarse en hoteles que no muestren porno en sus televisiones, y hacer un esfuerzo consciente para evitar las películas y las revistas que contengan imágenes sugerentes.

Si para una persona es imposible dejar de ver pornografía por su cuenta, es que está luchando contra una adicción sexual. Si el consumo de pornografía ya está afectando a tu vida personal y profesional, es importante plantearse el buscar ayuda. Estas adicciones a menudo tienen sus raíces en el pasado y sería conveniente buscar ayuda psicológica de un profesional que estuviera de acuerdo con el pensamiento de la Iglesia sobre sexualidad. Si esta ayuda no es posible o no está disponible, grupos como Sexaholics Anonymous colaboran para ayudar a hombres y mujeres que desean ser “sobrios sexualmente”.

Es fácil pensar que la pornografía es un hábito que puedes dejar en cualquier momento. Como hemos visto antes, es una conducta adictiva que puede tener serias consecuencias en el consumidor, en los matrimonios, en las familias y en nuestra cultura. Es importante pedir ayuda cuando se  necesita. Con un sistema de filtrado, un amigo en el que confías, un grupo de apoyo o un psicólogo. Aunque es embarazoso admitir que se tienen este tipo de luchas, es mucho más peligroso permitir que la situación continúe.

La pornografía no se opone solo a la doctrina católica, es un gran mal que afecta a los que se ven implicados en ella y a los que les rodean. Es fácil pensar que unas imágenes en una pantalla no hacen daño a nadie, es el argumento de gran parte de nuestra sociedad.

Pero la verdad es que las víctimas son incontables: los adolescentes que se ven expuestos y se convierten en adictos desde una edad muy temprana; la joven madre que pierde a su marido por la fascinación infinita de la pornografía; los hijos de padres divorciados; las jovencitas explotadas por dinero y para satisfacer las perversiones sexuales de otros. La pornografía es la distorsión malvada de algo que debería ser la unión unitiva y fructífera, la intimidad sexual diseñada por Dios como la expresión del amor entre los esposos.
(extraído de: http://www.aleteia.org/es/salud/noticias/pornografia-cual-es-el-peligro-937001?utm_campaign=NL_2013-4-12&utm_source=daily_newsletter&utm_medium=mail&utm_content=La+objeci%26oacute%3Bn+de+conciencia+de+un+m%26eacute%3Bdico+al+aborto+es+un+derecho+constitucional+innegable)


LOS EFECTOS DE LA PORNOGRAFÍA


¿Por qué apasionarte, hijo mío, de una ajena, abrazar el seno de una extraña?
Pues los caminos del hombre están en la presencia de Yahveh, Él vigila todos sus senderos.
(Proverbios 5, 20-21) 

LA PORNOGRAFÍA, TAN ADICTIVA COMO UNA DROGA

Varios estudios han demostrado que todas las personas, normales o desajustadas, que ven pornografía desarrollan el deseo de ver material pornográfico cada vez más perverso, así como los adictos a las drogas desean drogas cada vez más fuertes. Todas las personas fantasean acerca de materiales pornográficos y actos más perversos y aún muchos de ellos los incorporan en sus relaciones sexuales. Muchas de estas personas comienzan a emplear métodos cada vez más violentos en sus relaciones sexuales. 

Algunos médicos sostienen que la pornografía crea a veces una adicción mucho más difícil de vencer que la adicción a las drogas. El tratamiento de un toxicómano suele comenzar con la desintoxicación, cuyo objetivo es eliminar del cuerpo la sustancia tóxica, pero la adicción a la pornografía genera imágenes mentales que mediante ciertas reacciones químicas cerebrales se han implantado para siempre en la mente del adicto, por tanto los consumidores de pornografía pueden recordar vívidamente imágenes obscenas que vieron hace años. La pornografía es la primera sustancia adictiva de la que no es posible desintoxicarse.

Aunque algunos afirman que la pornografía es simplemente una válvula de escape que las personas usan para disipar sus impulsos sexuales. Sin embargo, la psiquiatría no confirma este punto. Aquellos dicen que las personas que de otra forma hubieran expresado, por medio de su actuación, sus violentas fantasías sexuales, de esta manera, en cambio, usan su material pornográfico sin causar daño. Por el contrario, las evidencias demuestran que el ver pornografía produce un mayor interés en la desviación sexual. 

Todo indica que el ver prolongadamente pornografía común, no violenta y no coactiva, crea el apetito de materiales más inusuales, extravagantes y desviados, incluyendo los violentos en un contexto sexual, como la exhibición del sadomasoquismo y la violación sexual. 

Como ocurre con el caso de los drogadictos, aquellos que consumen pornografía llegan a sentir que necesitan materiales más y más perversos para mantener su nivel anterior de excitación sexual. 



LAS ETAPAS DE LA PORNOADICCIÓN


Según personas que estudian la conducta humana, hay algunas etapas progresivas de la inducción hacia la pornografía. Estas son: 


1. La Tentación. La pornografía apela en primer lugar a un instinto vital del ser humano: el deseo sexual. «La lujuria», Argue observa, «te provoca ver lo prohibido. Te sugiere que necesitas experimentar lo excitante, alimentar los deseos carnales y explorar la intimidad. Se te hace creer que necesitas estar informado acerca de lo que ocurre entre los mundanos. Apela a la curiosidad humana». «En segundo lugar», señala Muñoz, «la pornografía apela a la fantasía. El espectador se identifica con los actores al punto de sentirse protagonista. La fantasía posee su área placentera al punto de reconocérsela como mecanismo de defensa. La soledad, la lascivia, el desorden y desajuste mental y la falta de capacidad para relacionarse con otros individuos de la sociedad contribuyen a la tentación. Matrimonios que experimentan aburrimiento en su relación íntima, son tentados a recurrir a este abominable mal para despertar su pasión». 


2. El Encuentro. Sucede exactamente como enseña Santiago: Luego, cuando el deseo ha concebido, engendra el pecado una vez que ha sido consumado, da a luz la muerte. (1, 15). Argue elabora «En la pornografía, la muerte se presenta implacable y penetra todo el ser. Le acompaña una actitud diabólica, la cual impacta la mente, el cuerpo y el espíritu, todo a la misma vez». La persona afectada experimenta en su cerebro una reacción química que provoca una variedad de poderosos efectos físicos y mentales. Se establece una unión entre el pecado y una descarga hormonal. «Las imágenes mentales», dice Mendoza, «quedan indeleblemente impresas. Cada vez vuelve el recuerdo con tal fuerza que uno queda incapaz de romper la cadena de sucesos. Va hundiéndose bajo la influencia de estos aterrantes estímulos». 


3. La Adicción. Argue nota que la mayoría de las personas no entienden que de acuerdo con las investigaciones hechas por personas que estudian conducta humana, la pornografía es adictiva de la misma forma que lo es la heroína, el «crack», el alcohol y los juegos de azar. 
El Dr. James McGaugh, sicólogo de la Universidad de California ha probado que cuando alguien observa algo chocante, estimulante, excitante, como lo podría ser un accidente o la exposición accidental a representaciones pornográficas, una hormona llamada epenefrina es liberada a la corriente sanguínea y va inmediatamente al cerebro, fijando esa imagen a su mente. El Dr. Víctor Cline, sicólogo clínico y experto en comportamiento de la Universidad de Utah, ha dicho lo siguiente: "Si uno vuelve vez tras vez a exponerse a material de esa naturaleza (pornográfico), poco a poco llegará a tener una biblioteca pornográfica en su mente de la que no podrá librarse. Estará ahí, lista para recordarse, aún cuando usted no lo quiera. Existe una gran cantidad de evidencia en estos momentos que sugiere que los comienzos u orígenes de muchas desviaciones y perversiones sexuales son aprendidas, y una de las formas de aprendizaje es el exponerse a material pornográfico. Es difícil de olvidar, ya que la persona tiene dentro de sí una librería de material antisocial. Se puede excitar solamente con las imágenes que ya tiene en su mente".

Después de esta exposición inicial, si uno se expone a más material pornográfico, comienza un proceso de acondicionamiento.

Este proceso de esclavización progresiva ya lo definió perfectamente Jesús «Todo el que peca es esclavo del pecado» (San Juan 8, 34). 


4. La Escalada. El mexicano, Rafael Mendoza, la describe así: Debido a que la pornografía involucra estimulación sexual sin satisfacción personal, la búsqueda de placer erótico toma progresivamente una forma más exigente y abusiva. El material viejo ya no es tan estimulante como el nuevo. Se cree estar en necesidad de alimentarse continuamente de emociones mayores y más fuertes. Resulta entonces que el adicto realiza incursiones en la pornografía cada vez más dura y explícita y el aumento de la necesidad no tiene fin.

Se producen películas con excesiva violencia. Los individuos, ya sean hombres o mujeres, para satisfacer sus bajos deseos carnales y poder lograr una mayor excitación sexual, ven escenas donde individuos golpean salvajemente a hombres, mujeres e incluso niños. Se comete todo tipo de violaciones. Las torturas frecuentes son demandadas por las víctimas y los victimarios. Los actos sadomasoquistas aberrantes conducen a verdaderos asesinatos en tales cintas. Todo esto tiende a corromper cada vez más la mente del porno adicto.




5. La insensibilización.

Luego ocurre una tercera cosa que llamamos desensibilización. Esto significa que aquello que originalmente era chocante y terrible, aquello que ofendía la conciencia y producía culpa, de un momento a otro ya no ofende, comienza a verse aceptable. Uno puede llegar a observar cosas realmente terribles, sea en libros, en la televisión, en el cine, en la calle y ya no sentir ningún tipo de repulsión.




6. La actuación.

Luego pasamos a la fase siguiente que es la actuación. Comienza la persona a actuar sobre lo que ya ha visto. Comienza a imitar la conducta aprendida". El Dr. Cline dice: "cuando uno se expone accidentalmente a algo sumamente bizarro, lo mejor que puede hacer es rehusarse a dar una segunda mirada", y luego enfatiza, "no importa lo inteligente que usted sea, o el nivel social en que se encuentre (aún personas religiosas se han adiccionado a la pornografía). Todo el mundo está sujeto a las leyes de aprendizaje. Y nosotros los hombres, en particular, somos más vulnerables a este tipo de situaciones ( adicción a la pornografía ) que puede reducir aún al más fuerte. 




LA AMARGA COSECHA DE LA PORNOGRAFIA

Las consecuencias de la porno adicción no tardan en aparecer. 


1. Toda esta inmoralidad penetra en el subconsciente del individuo. Le infecta dañando su conciencia. Tergiversa la realidad. Lo que antes era alarmante y repugnante se hace aceptable. La conciencia se paraliza al punto de tolerar lo inmoral y el peligro se encuentra en la rápida aceptación de los mitos de violación, degradación de la mujer y la perversidad de reacción contra la violencia. 


2. Se rompe la comunión con Dios. A la vista del Señor, el fantasear el acto sexual con una mujer que no es su cónyuge, es adulterio (San Mateo 5, 27). Este grave pecado aleja al porno adicto de su Señor y pronto ese pierde su vitalidad espiritual. 


3. El porno adicto se convierte en un esclavo de su pecado. Pensamientos impuros dominan su mente. Al igual que los antediluvianos, todo designio de los pensamientos era de continuo solamente el mal (Génesis 6, 5). Jesús dijo claramente: Todo aquel que practica el pecado, esclavo es del pecado (San Juan 8, 34). 


4. La pornografía con frecuencia provoca a su víctima a cometer actos inmorales. Argue señala que «uno no puede sembrar en la mente ideas, imágenes, pensamientos, sugerencias sin poner por obra una manifestación malsana de lo mismo. La impresión produce la expresión: «El hombre malo, del mal tesoro de su corazón saca lo malo» (San Lucas 6, 45)». 


5. La pornografía destruye la familia. El sexo, fuera del matrimonio, no obstante la expresión que tome, se transforma en una fuerza destructora de la familia, la mujer y la sociedad. En el plan de Dios, el amor romántico, incluso el sexo, tiene el sublime propósito de unir a dos personas permanentemente a fin de formar la familia. En contraste la pornografía es un factor potencial de la individualidad. Muñoz observa: «Mientras que la versión ortodoxa del sexo comprende a dos personas que lo realizan de común acuerdo bajo la cúpula del amor, la responsabilidad y el compromiso, la pornografía evita la concordancia entre dos individuos. La cobardía queda en relieve frente al sujeto que sintiéndose incapaz de caminar hacia la madurez, opta por el goce solitario sin esfuerzos ni riesgos de fracaso...». 

La pornografía fomenta el sexo sin amor, ni compromiso ni responsabilidad. El sexo está vinculado estrechamente a la vida, pero el compromiso y la responsabilidad con la vida son nulos». La filosofía de «Playboy» haría de la mujer un mero juguete del varón, un objeto de su pasión nada más. Según Cristina Kunsch, le despojaría de toda dignidad. Argue añade: «Existe el mito de que la expresión pornográfica es buena para el matrimonio que no anda bien en la intimidad. Esto es mentira. Lo que sucede es que el cónyuge viene a ser un objeto de juego y no una persona. Aún comparar al cónyuge con una fotografía pornográfica retocada por un técnico puede ser destructivo. Cuando se tienen problemas en la intimidad con la pareja, hay que aprender a amar a la pareja y comunicarse con él o ella. No se puede entregar la vida emocional a cosas chocantes, cosas que pueden hacer más grande el distanciamiento en las relaciones del matrimonio». 

Los que consumen pornografía generalmente ven material que muestra a mujeres atractivas que realizan casi cualquier tipo de acto con cualquier número de hombres (o animales). Los usuarios de la pornografía comienzan a creer que sus esposas también deberían realizar actos que sean por lo menos un poquito más "aventurados" o "experimentales" que aquellos a los cuales están acostumbradas. Cuando las esposas de estos irresponsables no satisfacen las fantasías que la pornografía les ha producido, entonces dichos usuarios se sienten insatisfechos. Puede que se sientan aún más insatisfechos con las imperfecciones físicas de sus esposas. Las esposas, por supuesto, se sentirán disgustadas y rechazarán el comportamiento cada vez más pervertido de sus esposos. 

Entonces los esposos a menudo buscan a las prostitutas, quienes están acostumbradas a lidiar con estas peticiones tan extravagantes y perversas.


6. La pornografía insensibiliza. El ver estos materiales, sean estos violentos o no, coactivos o no, aumenta experimentalmente la conducta agresiva del hombre contra la mujer, y disminuye la sensibilidad, de tanto el hombre como la mujer, hacia la violación sexual y hacia la situación deplorable de las víctimas. Tanto los hombres como las mujeres, después de haber visto este material, creen que la mujer que ha sido víctima de una violación sexual ha sido menos perjudicada, es menos digna y hasta es responsable de su propio sufrimiento.


7. La pornografía fomenta la violencia sexual. Los hechos demuestran que, luego de haber visto brevemente un material pornográfico, muchos varones estarían más dispuestos a obligar a una mujer a realizar actos sexuales, si se les pudiera asegurar que no serían atrapados o castigados. Se constata también un aumento del deseo de cometer una violación sexual. Los investigadores de la National Foundation for Family Research and Education (Fundación nacional para la investigación y educación de la familia) concluyeron que "quienes están expuestos a la pornografía tienen más probabilidades de desarrollar tendencias sexuales anormales". Según el informe de la mencionada fundación, "el mito de la violación -según el cual los violadores son personas normales y las mujeres son las culpables de que las violen y disfrutan con ello- es muy común entre los hombres que consumen habitualmente pornografía". 

Hay decenas de estudios que demuestran que los criminales peligrosos (pederastas, asesinos, violadores, padres incestuosos) no sólo son más propensos a cometer sus delitos si consumen pornografía, sino que también son más propensos a usar extensamente la pornografía poco antes de cometer sus crímenes. Los hombres delicuentes que usan pornografía pronto comienzan a manifestar un comportamiento adictivo y compulsivo. Todos sus mecanismos para liberar tensión pronto se llegan a relacionar con las perversiones sexuales y su conducta se hace cada vez más criminal. 

Cerca de dos millones de pederastas, violadores, sádicos y practicantes de relaciones sexuales con adolescentes o prostitutas infantiles cometen más de 2 millones de delitos al año en Norteamérica. Esta cifra se refiere solamente a los incidentes que se reportan, el número total es evidentemente mucho más elevado. 

Los ingenuos que creen que la pornografía "no tiene víctimas" deberían bajarse de la nube en que se encuentran durmiendo y darse cuenta de los hechos. Es especialmente remarcable la actitud de los movimientos feministas. El feminismo actual identifica la pornografía con un acto de libertad individual, sin que a estas "progresistas" féminas parezca importarles el hecho de que sean las mujeres y las niñas la "carne" más demandada y más utilizada en estos negocios. Por otro lado, miles de mujeres han sido torturadas, violadas y asesinadas por seres humanos perturbados como resultado directo de la pornografía. Miles de estos casos abarrotan los archivos de la policía en todo el mundo. Está demostrado estadísticamente que en los países donde se liberaliza la distribución de pornografía, registran un inmediato aumento en el número de violaciones.

La liberalización de las leyes sobre la pornografía en Estados Unidos, Gran Bretaña, Australia y los países escandinavos ha sido acompañada por un aumento en el nivel de violaciones denunciadas. En los países donde las leyes sobre la pornografía no han sido liberalizadas, ha habido un crecimiento menos marcado en las violaciones denunciadas. Y en los países donde se han adoptado restricciones, las violaciones denunciadas han disminuido.

Al principio, la pornografía enciende este tipo de pensamientos lujuriosos. Como en el caso de las adicciones, los consumidores de porno sienten deseos de algo que sea más fuerte, más fuerte, algo que les provoque una excitación más intensa, hasta que llegan a un punto en que la pornografía ya no les ofrece más, llegan a un punto de salto en el cual comienzan a preguntarse si a lo mejor el hacerlo en la realidad les daría aquello que está más allá de sólo leerlo o verlo en una pantalla. 
Los informes policiales demuestran que el 80% (29 de 36) de los más recientes asesinos en masa de los Estados Unidos utilizaron la pornografía extensamente como parte integral de sus crímenes sexuales, los cuales incluían violaciones y asesinatos en serie. 

La Biblia habla mucho acerca de las implicaciones del sexo pecaminoso. Desde el período de Génesis hasta hoy podríamos constatar de cuántas maneras su mal uso se ramifica en traiciones, mentiras, calumnias, sobornos, arrebatos pasionales, violencia, vínculos amorosos rotos, desconfianza en futuras relaciones entre ambos sexos, caída de la autoestima, celos amargos, dificultades en el desempeño de la maternidad o paternidad, búsquedas del amor adulto por caminos equivocados y hasta antinaturales. 




MEDIDAS PREVENTIVAS

1. Consejos a los tentados. Con sabiduría el apóstol nos amonesta: No tengan nada que ver con las obras infructuosas de la oscuridad, sino más bien denúncienlas, porque da vergüenza aún mencionar lo que los desobedientes hacen en secreto (Efesios 5, 11-12). Huye también de las pasiones juveniles (2 Timoteo 2, 22). La batalla contra la mugre inmoral se desata en la mente (Romanos 8, 5-8). Necesitamos mantener nuestra imaginación protegida, poniendo cuidado sobre nuestros ojos, nuestros pensamientos y controlando los excesos de una imaginación desenfrenada. Santiago escribe: Resistid al diablo, y él huirá de vosotros (4, 7). Si no viene la resistencia en los primeros momentos, la tentación conduce a miradas prolongadas, a más tiempo observando fragmentos de programas pornográficos de la televisión, a fotografías sugestivas, o a secciones de libros y revistas impuras. 

En estos tiempos hay lugares que usted puede presumir que son bien seguros para sus hijos ( como lo serían los cuartos de dormitorio de los mismos ) pero que si tienen instalada una computadora con acceso al Internet, es como dejarle la puerta abierta o sin seguro a toda clase de pudrición moral. Internet se ha convertido en un gigantesco difusor de porno. Ningún niño ni adolescente debería tener acceso libre a la red.

Este es el más reciente y quizás el más peligroso tipo de pornografía, la "ciberpornografía". Imágenes y películas de pornografía dura, chats en línea, y aún actos sexuales en vivo pueden ser bajados y vistos por prácticamente cualquier persona a través de Internet. Se pueden encontrar imágenes sexualmente explícitas en páginas Web y en grupos de noticias que son demasiado fáciles de ver para personas de cualquier edad. Lo que sólo estaba disponible para una pequeña cantidad de personas dispuestas a ir al sector malo de la ciudad, ahora puede ser visto en cualquier momento en la intimidad del propio hogar.

Otro tipo de pornografía es la televisión. Como ocurre en las películas, las normas para la televisión comercial han ido bajando continuamente y hoy se consideran "normales" películas que hace unos años serían calificadas de inmorales. Pero la televisión por cable presenta una amenaza aún mayor. Hay personas que jamás irían a una librería para adultos, pero que ahora pueden ver el mismo material sexualmente explícito en la intimidad de sus hogares, lo cual convierte a la televisión por cable en el "el mejor envoltorio de papel común."

2. Consejos a los padres. Judy Bartel señala que los padres, cuyos hijos tienen acceso al Internet en el hogar, deben aprender como prevenir a los jóvenes y niños. Nos da una lista de sugerencias:

a. Los que tienen computador en casa, negocio o iglesia, pueden pedir a un programador que bloquee la entrada al Internet con claves que únicamente personas maduras y de responsabilidad conocen.

b. Hay que mandar revisar los archivos periódicamente para saber qué está guardando en la memoria del computador.

c. Pueden dividirse en grupos dentro del culto de los jóvenes y en las clases de los niños para «chatear», como se dice en ciberidioma, y advertirlos así sobre los peligros del Internet y cómo cuidar el espíritu contra una invasión del enemigo.

d. Se puede promover un movimiento cívico para que los negocios públicos de alquiler de computadores por horas tengan la obligación de supervisar a los menores que entran a sus establecimientos. En si, el computador y el Internet no son malos. Son más bien medios e instrumentos mecánicos de los cuales el enemigo quiere valerse para que tanto niños como también jóvenes caigan en la inmoralidad. Más que nunca tenemos que aprender nosotros y enseñar a los niños y jóvenes la obligación de guardar las puertas de nuestra alma, en especial los ojos y los oídos.

Tenemos que estar prevenidos y armados contra los dardos del enemigo y no permitirle entrar «ni por el Internet ni por ningún otro medio». No aceptemos ni la primera muestra, así sea pagando o gratis. 


3. Consejos a la iglesia. Es fundamental, observa Rafael Mendoza, que la congregación comprenda que nadie queda inmune a este vicio degradante. Por desgracia existen casos en que algún creyente o hijo de creyente se deja influenciar. Tales víctimas se iniciaron por curiosidad o por juego. Para los tales la Iglesia debe proporcionar la ayuda correspondiente. Se tiene que desenmascarar a la pornografía como lo que es: una esclavitud enajenadora de la conciencia. Si no se realiza el cometido ministerial acertada y denodadamente, Dios demandará la falta de responsabilidad. 


Es importante adherirse a las campañas que promueven la información y formación para que los jóvenes comprendan el propósito de Dios en cuanto a su actitud hacia la pornografía. Tales esfuerzos deben tener el propósito de mostrar la gravedad de la situación social. Se debe confrontar a la juventud con la palabra de Dios. 


La gravedad del asunto tiene que comprenderse. Cada hogar tiene que enfrentar los medios visuales e impresos de comunicación. Los padres pueden y deben hacer algo para detener el pandemónium que amenaza a sus hijos y a toda la familia. La religión es un soporte esencial, y regresar a Dios la única alternativa. 




PASOS PARA SALIR DEL VICIO

¿Cuál es el camino hacia la libertad?. Uno tiene que purificarse y luego seguir andando en lo puro. Para lograr una limpieza tenemos que tomar cinco pasos. 


1. Aceptar la verdad de la Palabra de Dios. En oración hay que aceptar plenamente la Fe. Hay que reconocer: «Si, Señor, he pecado, he tolerado la mugre y he sucumbido ante la tentación. Pero Señor, restablezco mi vida a la pureza por tu Espíritu». Con la ayuda de Cristo no se puede permitir nada más de lo pornográfico en la vida. Tenemos que resistir toda tentación en esta área. 


2. Confesar el pecado. Algunas personas caminan muy profundo en el pecado y esperan que se desaparezca del todo en un dos por tres. Por la Cruz es necesario redimirnos de todo pecado, y por medio de la confesión, la oración y un profundo arrepentimiento personal es que Dios trae cambios al alma. 


3. Clamar al Señor desde el fondo del alma. Tenemos que examinar cada hecho pecaminoso y arrepentirnos. Hay que recibir el perdón y la misericordia de Dios. Su misericordia es grande y Su perdón es inconmensurable. 


4. Entregar la totalidad de lo que somos a Jesucristo. Esto abarca los pensamientos, la vida sexual y la vida emocional. Él quiere todo lo que somos. 



5. Fortalecer el enfoque de la mente. Dice proverbios 23, 7 «Tal como piensa en su corazón, así es el hombre». Un ejercicio de ayuda es la lectura del libro de Proverbios buscando muchas referencias a la verdad acerca de la inmoralidad. Hay que fijarse en ellas. Nos incumbe edificar la mente y proteger la vida con la verdad que el Señor tiene para nosotros. 




VIVIENDO LA LIBERTAD

Para poder mantenerse puro y limpio, David Argue nos ofrece cuatro consejos. 


1. Purificar la vida de toda forma posible. Hay que hacer un inventario completo de la perversión que existe en la vida de uno. Tenemos que estar conscientes de las maneras en que entra la lascivia. Uno ha de entrar en un modo de pensar continuamente en la operación de hacer la limpieza. Si se hace difícil controlar lo que uno ve en la televisión, entonces la solución es no ver nada en ningún canal. Si por ahí se introduce la tentación, hay que deshacerse de todo. Quizá eso parecerá un extremismo, pero Jesús dijo: «Por tanto, si tu ojo derecho te es ocasión de caer, sácalo y échalo de ti, pues mejor te es que se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea arrojado al infierno» (San Mateo 5, 29). 


2. Evitar lugares donde se le presenta a uno la tentación de mirar algo de la pornografía. Aléjate de la adúltera; no te acerques a la puerta de su casa, (Proverbios 5, 8). De vez en cuando nos toca estar fuera del hogar. Cuando uno está solo en la habitación del hotel, la tentación puede ser prominente. Antes de que uno se sienta débil, hay que ser muy listo. Estando a solas en un hotel, uno puede darse cuenta de que la tentación se hace fuerte y por lo tanto hay que hacer una estrategia con la ayuda del Espíritu Santo. Una idea es que al llegar a la habitación se llame a la esposa para decirle el número del cuarto en que se encuentra. Traer fotografías de la esposa e hijos y ponerlas sobre la pantalla del televisor. O decirle a su esposa: «He desenchufado el televisor». No es recomendable regresar a la habitación después de una reunión en un estado de preocupación y cansancio y sentir el deseo de buscar en los canales algo que ayude a sentirse mejor. El tiempo en la habitación del hotel debe ser un retiro seguro donde Dios y uno mismo puedan estar a solas.


3. Ser lleno del Espíritu. Pablo da este consejo. Como el Espíritu mora en el creyente y como Él desea la santidad, Él ha de ayudarnos a tener una vida santa. Él fortalecerá nuestra vida y hará que vivamos de una manera piadosa. 


4. Orar con frecuencia cuando somos tentados. Hay que rogar al Espíritu Santo que venga a nosotros de una manera nueva para vestirnos de la pureza de Jesucristo. 




SER RESPONSABLE A OTRA PERSONA

El que lucha con la pornografía necesita ser responsable a alguien más con quien pueda hablar amplia y abiertamente. Nos hace falta quién ore con nosotros y nos pregunte: «¿Cómo te va hoy?». 


La responsabilidad es particularmente primordial para los solteros. Las personas solteras pueden tener sentimientos de soledad en muchos momentos de su vida y no tener en quién confiar. Pero necesitan tener a alguien cerca de ellos, Proverbios 5, 20-21 está dirigido a un joven varón, pero también es para las jovencitas. Es para todos. 



PORNOGRAFÍA Y VIOLENCIA EN LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN DE MASAS



Pornografía y violencia en las comunicaciones sociales.

Una respuesta pastoral

Consejo Pontificio para las Comunicaciones Sociales

Introducción 
1. En el curso de estos últimos años ha tenido lugar una revolución mundial en el modo de percibir los valores morales, seguida de cambios profundos en la manera de pensar y actuar de la gente. Los medios de comunicación social han tenido y continúan teniendo un importante papel en este proceso de transformación individual y social, en la medida que introducen y reflejan nuevas actitudes y estilos de vida 1. 
2. Algunos de estos cambios han resultado positivos. Hoy, como ha afirmado recientemente el Papa Juan Pablo II, "la primera nota positiva consiste en que muchos hombres y mujeres tienen plena conciencia de su dignidad y de la de todo ser humano... Al propio tiempo, en un mundo dividido y trastornado por conflictos de todo tipo, va creciendo la convicción de una interdependencia radical y, por consiguiente, la necesidad de una solidaridad humana que la asuma y la traduzca en el plano moral" 2. Las comunicaciones sociales han contribuído mucho a que se den estos cambios. 
3. Pero muchos de estos cambios han sido negativos. Al lado de los abusos de siempre se están dando nuevas violaciones de la dignidad humana y de los valores e ideales cristianos. Y aquí también las comunicaciones sociales tienen su parte de responsabilidad. 
4. Si bien es cierto que estos medios -- como afirma el Concilio Vaticano II -- "prestan grandes servicios al género humano", lo es igualmente que "pueden ser utilizados contra los designios del Creador y convertidos en instrumentos del mal" 3. 
5. Uno de los fenómenos alarmantes de estos años ha sido la creciente difusión de la pornografía y la generalización de la violencia en los medios de comunicación social. Libros y revistas, cine y teatro, televisión y videocassettes, espacios publicitarios y las propias telecomunicaciones, muestran frecuentemente comportamientos violentos o de sexualidad permisiva que casi llegan al umbral de la pornografía y que son moralmente inaceptables. 
6. La pornografía y la exaltación de la violencia son viejas realidades de la condición humana que evidencian la componente más turbia de la naturaleza humana, dañada por el pecado. Durante el último cuarto de siglo han adquirido una amplitud nueva y han pasado a constituir un serio problema social. Mientras crece la confusión respecto de las normas morales, las comunicaciones han hecho la pornografía y la violencia accesibles al gran público, incluidos niños y jóvenes. Este problema, que quedaba confinado antes en el ámbito de los países ricos, ha comenzado, con la comunicación moderna, a corromper los valores morales de las naciones en vías de desarrollo. 
7. Los medios de comunicación social pueden ser a la vez eficaces instrumentos de unidad y comprensión mutua y trasmisores de una visión deformada de la vida, de la familia, de la religión y de la moralidad -- según una interpretación que no respeta la auténtica dignidad ni el destino de la persona humana -- 4. En particular, los responsables familiares de muchas regiones del mundo han expresado una compresible preocupación respecto de los filmes, videocassettes y programas de televisión que sus hijos están en condiciones de ver, así como grabaciones que pueden oír y publicaciones que pueden leer. Y se niegan a que los valores morales inculcados en el hogar queden destruidos por producciones rechazables, en todas partes de fácil acceso gracias a estos medios. 
8. Se trata de ilustrar en este documento los efectos más graves de la pornografía y la violencia en el individuo y en la sociedad, así como señalar las causas principales del problema tal como se plantea hoy. Por último se tratará de indicar los pasos necesarios que han de dar los comunicadores profesionales, los padres y educadores, la juventud y el público en general, las autoridades civiles y eclesiásticas, las organizaciones privadas y religiosas, para poner el remedio necesario. 
Efectos de la pornografía y la violencia 
9. La experiencia cotidiana confirma los estudios realizados en el mundo entero acerca de las consecuencias negativas de la pornografía y de las escenas de violencia que transmiten los medios de comunicación social 5. Se entiende por pornografía, en este contexto, la violación merced al uso de las técnicas audiovisuales, del derecho a la privacidad del cuerpo humano en su naturaleza masculina y femenina, una violación que reduce la persona humana y el cuerpo humano a un objeto anónimo destinado a una mala utilización con la intención de obtener una gratificación concupiscente. La violencia, en este contexto, puede ser entendida como la presentación destinada a excitar instintos humanos fundamentales hacia actos contrarios a la dignidad de la persona, y que describe una fuerza física intensa ejercida de manera profundamente ofensiva y a menudo pasional. Los especialistas a veces no están de acuerdo sobre el impacto de este fenómeno y sobre el modo en que afecta a los individuos y los grupos aquejados por el mismo, pero las líneas maestras de la cuestión parecen claras, limpias e inquietantes. 
10. Nadie puede considerarse inmune a los efectos degradantes de la pornografía y la violencia, o a salvo de la erosión causada por los que actúan bajo su influencia. Los niños y los jóvenes son especialmente vulnerables y expuestos a ser víctimas. La pornografía y la violencia sádica deprecian la sexualidad, pervierten las relaciones humanas, explotan los individuos -- especialmente las mujeres y los niños --, destruyen el matrimonio y la vida familiar, inspiran actitudes antisociales y debilitan la fibra moral de la sociedad. 
11. Es evidente que uno de los efectos de la pornografía es el pecado. La participación voluntaria en la producción y en la difusión de estos productos nocivos ha de ser considerada como un serio mal moral. Además, esta producción y difusión no podría tener lugar si no existiera una demanda. Así, pues, quienes hacen uso de estos productos no sólo se perjudican a sí mismos, sino que también contribuyen a la promoción de un comercio nefasto. 
12. Una exposición frecuente de los niños a la violencia en las comunicaciones sociales puede resultar turbadora para ellos, al ser todavía incapaces de distinguir claramente la fantasía de la realidad. 
Además, la violencia sádica en estos medios puede condicionar a las personas impresionables, sobre todo a los jóvenes, hasta el punto de que la lleguen a considerar normal, aceptable y digna de ser imitada. 
13. Se ha dicho que puede haber una vinculación psicológica entre la pornografía y la violencia sádica. Una cierta pornografía ya es abiertamente violenta en su contenido y expresión. Quienes ven, escuchan o leen un material así corren el riesgo de introducirlo en el propio comportamiento. Acaban perdiendo el respeto hacia los demás, en cuanto hijos de Dios y hermanos y hermanas de la misma familia humana. Una vinculación tal entre pornografía y violencia sádica tiene especiales implicaciones para quienes están afectados de ciertas enfermedades mentales. 
14. También la llamada pornografía blanda ("soft core") puede paralizar progresivamente la sensibilidad, ahogando gradualmente el sentido moral de los individuos hasta el punto de hacerles moral y personalmente indiferentes a los derechos y a la dignidad de los demás. 
La pornografía -- como la droga -- puede crear dependencia y empujar a la búsqueda de un material cada vez más excitante ("hard core") y perverso. La probabilidad de adoptar comportamientos antisociales crecerá en la medida que se vaya dando este proceso. 
15. La pornografía favorece insalubres preocupaciones en los terrenos de la imaginación y el comportamiento. Puede interferir en el desarrollo moral de la persona y en la maduración de las relaciones humanas sanas y adultas, especialmente en el matrimonio y en la familia, que exigen confianza recíproca y actitudes e intenciones de explícita integridad moral. 
16. La pornografía, además, cuestiona el carácter familiar de la sexualidad humana auténtica. En la medida en que la sexualidad se considere como una búsqueda frenética del placer individual, más que como una expresión perdurable del amor en el matrimonio, la pornografía aparecerá como un factor capaz de minar la vida familiar en su totalidad. 
17. En el peor de los casos, la pornografía puede actuar como agente de incitación o de reforzamiento, un cómplice indirecto, en agresiones sexuales graves y peligrosas, tales como la pedofilia, los secuestros y asesinatos. 
18. Una de las consecuencias fundamentales de la pornografía y de la violencia es el menosprecio de los demás, al considerarles como objetos en vez de personas. La pornografía y la violencia suprimen la ternura y la compasión para dejar su espacio a la indiferencia, cuando no a la brutalidad. 
Causas del problema 
19. Uno de los motivos básicos de la difusión de la pornografía y de la violencia sádica, en el ámbito de los medios de comunicación, parece ser la propagación de una moral permisiva, basada en la búsqueda de la satisfacción individual a todo coste. Un nihilismo moral de la desesperación se añade a ello, que acaba haciendo del placer la sola felicidad accesible a la persona humana. 
20. Un cierto número de causas más inmediatas contribuyen ulteriormente a la escalada de la pornografía y la violencia en los media. Entre éstas cabe citar: 

el beneficio económico. La pornografía es una industria lucrativa. Algunos sectores de la industria de las comunicaciones han sucumbido trágicamente a la tentación de explotar la debilidad humana, especialmente la de los jóvenes y la de las mentes impresionables, para obtener provecho de producciones pornográficas y violentas. Esta industria pornográfica, en algunas sociedades, resulta lucrativa hasta el punto de que se ha vinculado al crimen organizado; 
falsos argumentos libertarios. La libertad de expresión exige, según algunos, la tolerancia hacia la pornografía, aún al precio de la salud moral de los jóvenes y del derecho a la intimidad, así como un ambiente de pública decencia. Algunos, también erróneamente, afirman que el mejor medio de combatir la pornografía consiste en legalizarla. Estos argumentos son a veces propuestos por grupos minoritarios que no se suman a los criterios morales de la mayoría y que se olvidan de que a cada derecho corresponde una responsabilidad. El derecho a la libertad de expresión no es un absoluto. La responsabilidad pública de promover el bien moral de los jóvenes, de garantizar el respeto de las mujeres, de la vida privada y de la decencia pública muestra claramente que la libertad no puede equipararse al libertinaje; 
la ausencia de leyes cuidadosamente preparadas o su no aplicación, para la protección del bien común, en particular de la moralidad de los jóvenes; 
confusión y apatía por parte de muchos, incluso miembros de la comunidad religiosa, los cuales se consideran erróneamente a sí mismos extraños a la problemática de la pornografía y de la violencia en los media, o sin posibilidades de contribuir a la solución del problema.

Respuestas al problema 
21. La propagación de la pornografía y de la violencia a través de los medios de comunicación social es una ofensa a los individuos y a la sociedad y plantea un problema urgente que exige respuestas realistas por parte de las personas y los grupos. El legítimo derecho a la libertad de expresión y al intercambio libre de información ha de ser protegido. Al mismo tiempo, hay que salvaguardar el derecho de los individuos, de las familias y de la sociedad a la vida privada, a la decencia pública y a la protección de los valores esenciales de la vida. 
22. Se hará referencia a siete sectores con especiales deberes en la materia: profesionales de la comunicación, padres, educadores, juventud, público en general, autoridades públicas e Iglesia y grupos religiosos. 
23. PROFESIONALES DE LA COMUNICACIÓN. Sería desleal sugerir que todos los medios y todos los comunicadores están implicados en este negocio nocivo. Son muchos los comunicadores que se distinguen por sus cualidades personales y profesionales. Tratan de asumir su responsabilidad aplicando con fidelidad las normas morales y les anima un gran deseo de servicio al bien común. Se merecen nuestra admiración y estímulo, especialmente los que se dedican a la creación de sanos esparcimientos familiares. 
Se invita encarecidamente a estos comunicadores a unirse para la elaboración y aplicación de códigos éticos en materia de comunicación social y publicidad, inspirados en el bien común y orientados al desarrollo integral del hombre. Estos códigos se hacen especialmente necesarios en el contexto de la televisión, que permite que las imágenes entren en los hogares, allí donde los niños se encuentran a su aire y sin vigilancia. El autocontrol es siempre el mejor control, así como la autodisciplina, en el seno de los propios medios, es la primera y más deseable de las líneas de defensa contra quienes buscan provecho mediante la producción de programas pornográficos y violentos que envilecen los medios de comunicación y corrompen la sociedad misma. 
Se urge vivamente a los comunicadores a que, también a través de estos medios, hagan conocer las medidas necesarias que pongan un dique a la marea de la pornografía y de la exaltación de la violencia en la sociedad. 
24. PADRES. Se invita a los padres a que multipliquen sus esfuerzos en orden a una completa formación moral de niños y jóvenes. La cual supone una educación en favor de una actitud sana hacia la sexualidad humana, basada en el respeto a la dignidad de la persona como hija de Dios, en la virtud de la castidad y en la práctica de la autodisciplina. Una vida familiar equilibrada, en la que los padres sean fieles practicantes y totalmente entregados el uno al otro y a sus hijos, constituirá la escuela ideal para la formación a los sanos valores morales. 
Los niños y jóvenes de nuestro tiempo necesitan la educación que les permita discernir los programas y madurar en su condición de usuarios responsables de la comunicación. El ejemplo de los padres es determinante en esta materia. La pasividad o autoindulgencia de cara a ciertos programas será la fuente de malentendidos perjudiciales para la juventud. Hay que dar especial importancia -- para el bien de los jóvenes -- al ejemplo de los padres en lo que concierne a la autenticidad de su amor y a la ternura que sepan manifestar en su vida matrimonial; así como a su disponibilidad a discutir con los hijos las cuestiones de interés, en una atmósfera amable y afectuosa. 
25. EDUCADORES. Los principales colaboradores de los padres, en la formación moral de los jóvenes, son los educadores. Las escuelas y los programas educativos han de promover e inculcar los valores éticos y sociales, de cara a garantizar la unidad y el sano desarrollo de la familia y de la sociedad. 
Los programas de mayor valor serán, en el contexto educativo, aquellos que formen a los jóvenes a una actitud crítica y a una capacidad de discernimiento en el uso de la televisión, de la radio y de los otros medios de comunicación social. De este modo los jóvenes serán también capaces de resistir a las manipulaciones y sabrán luchar contra los hábitos meramente pasivos en la escucha y visión de estos medios. 
Hay que subrayar la importancia de que las escuelas sepan poner de relieve el respeto a la persona humana, el valor de la vida familiar y la importancia de la integridad moral personal. 
26. JÓVENES. Los jóvenes contribuirán a poner muros al avance de la pornografía y la violencia en los media si saben responder, positivamente, a las iniciativas de sus padres y educadores y asumir sus responsabilidades en lo que reclama capacidad de decisión moral, así como en la elección de sus diversiones. 
27. EL PÚBLICO. El público en general debe también hacer oír su voz. Los ciudadanos -- incluidos los jóvenes -- tienen la tarea de expresar individual y colectivamente su punto de vista respecto a productores, intereses comerciales y autoridades civiles. Se hace urgente mantener un diálogo continuado entre los comunicadores y los representantes del público, a fin de que quienes actúan en las comunicaciones sociales estén al corriente de las exigencias reales e intereses de los usuarios. 
28. AUTORIDAD PÚBLICA. Los legisladores, los encargados de la administración del Estado y de la justicia están llamados a dar una respuesta al problema de la pornografía y de la violencia sádica difundidas por los medios de comunicación. Se han de promulgar leyes sanas, se han de clarificar las ambiguas y se han de reforzar las leyes que ya existen. 
Dadas las implicaciones internacionales que presentan la producción y distribución de material pornográfico, hay que actuar a nivel regional, continental e internacional de cara a controlar con éxito este insidioso tráfico. Quienes han tomado ya iniciativas de este tipo merecen todo nuestro apoyo y estímulo 7. 
Las leyes y los agentes de la ley tienen el deber sagrado de proteger el bien común, especialmente el que concierne a la juventud y a los miembros más vulnerables de la comunidad. 
Ya hemos señalado algunos de los efectos negativos de la pornografía y la violencia. Cabe sacar también la conclusión de que se pone en tela de juicio y amenaza el bien común especialmente cuando este material se produce, expone y distribuye sin restricciones ni reglamentos. 
La autoridad civil está obligada a emprender una rápida acción de cara al problema, allí donde exista, y a emanar criterios preventivos en donde la cuestión comience a plantearse o todavía no haya llegado a ser angustiosa y urgente. 
29. IGLESIA Y GRUPOS RELIGIOSOS. La primera responsabilidad de la Iglesia consiste en la enseñanza constante y clara de la fe y, asimismo, de la verdad moral objetiva, incluidas aquellas verdades referentes a la moral sexual. Una era de permisividad y de confusión moral como la nuestra pide que la voz de la Iglesia sea profética, lo que la hará aparecer a menudo como signo de contradicción. 
La llamada "ética" de la gratificación individual inmediata se opone fundamentalmente a la realización plena e integral de la persona humana. La educación a la vida familiar y a la inserción responsable en la vida social exige la formación a la castidad y la autodisciplina. La pornografía y la violencia generalizada tienden a ofuscar la imagen divina en cada persona humana, debilitan el matrimonio y la vida familiar y dañan gravemente a los individuos y a la sociedad. 
En donde sea posible, la Iglesia está llamada a colaborar con otras Iglesias cristianas, comunidades y grupos religiosos a fin de enseñar y promover este mensaje. Debe igualmente empeñar a sus personas e instituciones en una acción formativa al uso de los medios de comunicación social y su papel en la vida individual y social. En este campo los padres merecen una asistencia y atención especial. 
Por estos motivos, la formación a la comunicación debiera ser parte de los programas educativos de las escuelas católicas y de otras iniciativas educativas de la Iglesia, así como en la formación en los seminarios 8. Cabe decir lo mismo para los programas de formación de religiosos y religiosas y de los miembros de los institutos seculares, así como para la formación permanente del clero y la catequesis parroquial de jóvenes y adultos. Tanto sacerdotes como religiosos y religiosas que trabajan en la educación pastoral debieran comenzar por ellos mismos dando ejemplo de discernimiento en medios escritos y audiovisuales. 
30. Por último, una actitud de pura restricción o de censura por parte de la Iglesia de cara a estos medios no resulta suficiente. La Iglesia también tiene que iniciar un diálogo continuo con los comunicadores conscientes de sus responsabilidades. Debe animarles y sostenerles en su misión allí donde sea posible y deseable. Los comunicadores católicos y sus organizaciones, con sus perspectivas y experiencias propias, están llamados a jugar un papel decisivo en tales conversaciones. 
31. La crítica y las organizaciones católicas, al evaluar concienzudamente las producciones y publicaciones en función de criterios morales claros y substanciales, ofrecen una valiosa asistencia a los profesionales de la comunicación y a las familias. Asimismo, las orientaciones que ofrecen los documentos ya existentes sobre comunicación social -- incluidas las recientes tomas de posición de numerosos obispos sobre la pornografía y la violencia -- merecen ser cuidadosamente estudiadas y objeto de aplicación sistemática. 
32. El presente documento quiere ser una respuesta a las preocupaciones ampliamente expresadas por familias y pastores de la Iglesia, a quienes se invita a una reflexión -- de carácter ético y práctico -- cada vez más amplia acerda del problema de la pornografía y la violencia en los medios de comunicación social. Al tiempo que se anima a todos a poner en práctica la advertencia de San Pablo: "No te dejes vencer por el mal; antes bien, vence el mal con el bien" (Rom 12:21). 
Consejo Pontificio para las Comunicaciones Sociales. 
Ciudad del Vaticano, 7 de mayo de 1989 
XXIII Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales. 
JOHN P. FOLEY

Presidente 
Mons. PIERFRANCO PASTORE

Secretario 
Notas:

1. Communio et progressio, 22.

2. Sollicitudo rei socialis, 26.

3. Inter mirifica, 2a.

4. Familiaris consortio, 76; cf. Mensaje de Juan Pablo II para la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, 1 de mayo de 1980.

5. Entre ellos cabe citar: 1) Il Rapporto Longford sulla Pornografia (título original, Pornography: The Longford Report), Ricerche Musia, Milán (Italia), 1978; 2) Final Report of the Attorney General's Commission on Pornography, Rutledge Hill Press, Nashville, Tennessee (U.S.A.), 1986; 3) ISPES (Istituto di Studi Politici, Economici e Sociali), I e II Rapporto sulla Pornografia in Italia, Roma (Italia), 1986 y 1988.

6. Communio et progressio, 67.

7. La CEE (Comunidad Económica Europea), el Consejo de Europa y la UNESCO, entre otras organizaciones, están actuando en este sentido. (Nota de Vida Humana Internacional: Lamentablemente la UNESCO se ha involucrado en la promoción de una "educación" sexual permisiva y hedonista que contradice lo enseñado en este documento. Vida Humana Internacional también expresa reservas con respecto a las otras dos organizaciones citadas en esta nota.)

8. Cf. CONGREGACIÓN PARA LA EDUCACIÓN CATÓLICA, Orientaciones para la formación de los futuros sacerdotes en los medios de comunicación social, Ciudad del Vaticano, 1986. 


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