martes, 17 de noviembre de 2015

La Virgen, Maestra del cielo, nos enseña la sabiduría del Libro de la Cruz


(Homilía para la Santa Misa de acción de gracias del último año de una escuela primaria)

         Estudiar y aprender lo que nos enseñan en la escuela, es algo sumamente necesario y bueno: además de que estudiar nos hace crecer porque nos perfecciona -antes de estudiar no sabíamos y luego, sí-, si no estudiamos, no podemos aprender y si no aprendemos, nos privamos tanto de saber cosas útiles para la vida, como así también perdemos la oportunidad de conseguir, el día de mañana, un buen trabajo, necesario para que cuando nos casemos, seamos capaces de mantener a la familia.
         Estudiar lo que nos enseñan en la escuela es bueno porque nos hace crecer como personas, al darnos una perfección que antes no teníamos, que es el saber. Para poder estudiar y aprender, tenemos que leer muchos libros y estar atentos a las enseñanzas de nuestros maestros y profesores: cuanta más atención y dedicación pongamos a sus lecciones, más conocimiento vamos a adquirir.
         Ahora bien, si estudiar las lecciones de los libros de la escuela que nos enseñan nuestros maestros y profesores es bueno, porque adquirimos sabiduría, hay otras lecciones que debemos aprender, leyendo un libro especial –el libro más hermoso del mundo-, que nos enseña una Maestra muy particular; una Maestra que nos enseña una Sabiduría que no se aprende en ninguna escuela del mundo: la Maestra es la Virgen, el Libro es la Cruz de Jesús, la Sabiduría que nos enseña las lecciones del Libro de la Cruz es Jesús, Sabiduría de Dios. Toda la Sabiduría que aprendemos de este Libro Sagrado y que nos enseña la Maestra del cielo que es la Virgen, nos sirven para que podamos ganarnos el cielo, para que podamos salvarnos. Por eso Santa Teresa de Ávila dice: “Al final, el que se salva, sabe, y el que no, no sabe nada”. ¿Y cómo nos salvamos? Estudiando las lecciones del Libro de la Cruz, aprendiendo las enseñanzas de la Maestra del cielo, la Virgen: así adquirimos la Ciencia divina necesaria para salvar nuestra alma y la de nuestros seres queridos.
         En el Libro de la Cruz, Jesús nos enseña todos los Mandamientos, todas las virtudes, todas las bienaventuranzas, es decir, todo lo que tenemos que ser y todo lo que tenemos que hacer para ganar el cielo. El que no quiere estudiar del Libro de la Cruz, no va a aprobar el Examen Final, el examen del Amor, la prueba en la caridad que nos tomará Dios Padre para saber si podemos entrar en el cielo.

         “Al final, el que se salva, sabe, y el que no, no sabe nada”. Para salvarnos, no alcanzan los conocimientos de la escuela: hay que estudiar el Libro de la Cruz, contemplando a Jesús crucificado y hay que prestar mucha atención a las lecciones que nos brinda la Maestra del cielo, la Virgen. Si estudiamos las lecciones del Libro de la Cruz y si somos atentos y dóciles a las enseñanzas de la Maestra del cielo, entonces sí vamos a poder aprobar el Examen Final –en ese Examen aprueba el que más Amor tiene, y tiene más Amor el que más estudia el Libro de la Cruz- y así vamos a poder ingresar en el Reino de Dios.

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